
El servicio señaló: “El retiro del último avión monoplaza Barak-1 marca el final de más de tres décadas y media de fiel servicio”. Según Janes, la IAF tenía una flota de 81 F-16C en su apogeo. Este retiro sigue a la eliminación gradual de 90 cazas F-16A/B Netz anteriores en diciembre de 2016.
Si bien las variantes F-16A/B fueron reemplazadas por el Alenia M-346 Lavi en el papel de entrenador, la eliminación gradual del F-16C coincidió con la expansión de la fuerza Lockheed Martin F-35A Adir de la IAF. Aunque los modelos F-16A/B/C ya están retirados, la Fuerza Aérea israelí aún opera 47 entrenadores operativos F-16D Brakeet y 97 variantes de combate F-16I Sufa, lo que garantiza capacidades y fuerza continuas.
El caza israelí Barak-1 es una variante del F-16 Fighting Falcon, específicamente modificado para cumplir con los requisitos de la Fuerza Aérea Israelí [IAF]. El nombre "Barak" se traduce como "Rayo" en hebreo, lo que refleja su agilidad y velocidad. El Barak-1 es parte de una serie de variantes del F-16 que han sido adaptadas con aviónica, armamento y sistemas avanzados para mejorar sus capacidades de combate.
En cuanto a las dimensiones, el Barak-1 comparte las especificaciones generales del F-16 Fighting Falcon. Tiene una longitud de aproximadamente 15,03 metros, una envergadura de 9,96 metros y una altura de alrededor de 5,09 metros. El peso máximo de despegue del avión es de aproximadamente 19.187 kilogramos.
El sistema de propulsión del Barak-1 está equipado con un único motor turbofán con postcombustión Pratt & Whitney F100-PW-200/220 o General Electric F110-GE-100/129. Estos motores proporcionan al avión un empuje de alrededor de 23.770 libras-fuerza [105,7 kN] para la variante Pratt & Whitney y hasta 29.000 libras-fuerza [129 kN] para la variante General Electric, lo que permite una velocidad máxima superior a Mach 2.
El Barak-1 está equipado con características técnicas avanzadas que mejoran su eficacia operativa. Entre ellas, se incluyen una estructura robusta diseñada para una alta maniobrabilidad, un sistema de control fly-by-wire para un manejo preciso y un sistema de radar avanzado, típicamente el AN/APG-68, que proporciona capacidades superiores de detección y seguimiento de objetivos.
El conjunto de aviónica del Barak-1 es muy sofisticado e incorpora sistemas como la pantalla montada en el casco de Elbit Systems [HMD], que permite a los pilotos apuntar las armas mirando al objetivo. Además, el avión está equipado con sistemas avanzados de guerra electrónica [EW], incluidos receptores de advertencia de radar [RWR] y dispensadores de contramedidas, para mejorar la capacidad de supervivencia en entornos hostiles.
Los sistemas de control del Barak-1 incluyen un sistema de control de vuelo digital [DFCS] que proporciona una estabilidad y un control mejorados, especialmente durante maniobras de alta gravedad. La aeronave también cuenta con una computadora de misión avanzada que integra datos de varios sensores y sistemas, lo que proporciona al piloto un conocimiento completo de la situación.
El Barak-1 está equipado con una amplia gama de armas, lo que lo convierte en una plataforma versátil para diversas misiones de combate. Su armamento incluye el cañón rotatorio M61 Vulcan de 20 mm para enfrentamientos a corta distancia. El avión también puede transportar una variedad de misiles aire-aire, como el AIM-9 Sidewinder y el Python 4/5, así como municiones aire-tierra, incluido el misil AGM-65 Maverick, bombas guiadas por láser GBU-12 Paveway II y kits JDAM [Joint Direct Attack Munition] para ataques de precisión.
El Barak-1 ha sido un recurso crucial en varias operaciones militares clave. Una de sus participaciones más notables fue durante la Operación Opera en 1981, cuando los F-16 de la Fuerza Aérea Israelí [IAF], incluido el Barak-1, llevaron a cabo un ataque aéreo sorpresa contra el reactor nuclear de Osirak en Irak. Esta misión tenía como objetivo evitar que Irak desarrollara capacidades de armas nucleares y se consideró un éxito significativo en términos de precisión y ejecución.
Otra misión importante en la que participó el Barak-1 fue la Operación Paz para Galilea en 1982. Durante esta operación, la IAF utilizó los F-16 para lograr la superioridad aérea y proporcionar apoyo aéreo cercano a las fuerzas terrestres en el Líbano. El Barak-1 desempeñó un papel fundamental en la neutralización de las defensas aéreas sirias y el ataque a los aviones enemigos, lo que contribuyó al éxito general de la misión.
En la historia más reciente, el Barak-1 ha participado en varias operaciones dirigidas contra grupos militantes en Gaza. Por ejemplo, durante la Operación Plomo Fundido en 2008-2009 y la Operación Margen Protector en 2014, el Barak-1 se utilizó ampliamente para ataques de precisión contra la infraestructura de Hamás y los sitios de lanzamiento de cohetes. Estas operaciones tenían como objetivo reducir la amenaza de ataques con cohetes contra áreas civiles israelíes.