domingo 20 de julio de 2025 - Edición Nº258

Internacionales | 29 mar 2025

La Guardia Costera china ha incorporado el Wing Loong II, un vehículo aéreo de combate no tripulado (UCAV,


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La Guardia Costera china ha incorporado el Wing Loong II, un vehículo aéreo de combate no tripulado (UCAV, por sus siglas en inglés) desarrollado por la Chengdu Aircraft Industry Group (CAIG), parte de la Aviation Industry Corporation of China (AVIC). Este UAV de tipo MALE (Medium-Altitude Long-Endurance) está diseñado para misiones de vigilancia, reconocimiento y ataque de precisión, y su uso por parte de la Guardia Costera refleja el creciente empleo de tecnología avanzada en la seguridad marítima china.

El Wing Loong II, también conocido como Chengdu GJ-2 en su designación militar, es una evolución del Wing Loong I, con mejoras significativas en capacidad de carga, alcance y sistemas embarcados. Tiene una envergadura de aproximadamente 20,5 metros, una longitud de 11 metros y puede transportar hasta 480 kg de carga útil, incluyendo misiles aire-tierra como el Blue Arrow-7 o bombas guiadas por láser. Su autonomía se estima en unas 20-32 horas, dependiendo de la configuración, y puede operar a altitudes de hasta 9.000 metros, con un alcance de más de 1.500 km mediante comunicación satelital.

Aunque no hay confirmación oficial reciente al 29 de marzo de 2025 sobre su despliegue específico por la Guardia Costera china, imágenes y reportes en redes sociales, como los compartidos en X alrededor del 28 de marzo de 2025, sugieren que este UCAV está siendo utilizado para patrullajes marítimos en áreas estratégicas, posiblemente en el Mar del Sur de China. Esto alinearía su uso con las operaciones de la Guardia Costera para monitorear y proteger reclamaciones territoriales, enfrentarse a actividades ilegales y proyectar presencia militar en aguas disputadas.

El empleo del Wing Loong II por la Guardia Costera china destaca su versatilidad más allá de las aplicaciones militares tradicionales del Ejército Popular de Liberación (EPL), que lo utiliza desde 2018. Su integración en operaciones marítimas podría incluir tareas como la vigilancia de flotas pesqueras extranjeras, la detección de intrusos o incluso el apoyo en misiones de búsqueda y rescate, aprovechando sus sensores electroópticos, infrarrojos y radar de apertura sintética. Este desarrollo subraya la expansión de las capacidades no tripuladas de China en el ámbito marítimo, complementando su flota de buques y fortaleciendo su postura en regiones geopolíticamente sensibles.

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