

China está expandiendo su arsenal antisatélite, y esta situación ha generado preocupación en el liderazgo de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, particularmente en el jefe de operaciones espaciales, el general Chance Saltzman. Según reportes del 3 de abril de 2025, Saltzman expresó en una audiencia ante la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EE.UU.-China que el avance chino en capacidades contrasatelitales representa una "amenaza grave" para los activos espaciales estadounidenses, y que el ritmo de progreso de China está superando al de Estados Unidos, en parte debido a una falta de financiamiento adecuado para la Fuerza Espacial.
Detalles de la expansión del arsenal antisatélite chino
China ha estado desarrollando un conjunto diverso de armas contrasatelitales (o "counterspace"), que incluyen:
Misiles antisatélite (ASAT) de ascenso directo: En 2007, China demostró esta capacidad al destruir uno de sus propios satélites meteorológicos en órbita baja terrestre (LEO), generando más de 2,700 fragmentos de escombros rastreables que aún afectan el espacio. Desde entonces, ha perfeccionado estos sistemas, con pruebas adicionales reportadas en 2013 y capacidades que podrían estar operativas antes de finales de la década.
Láseres terrestres: Saltzman destacó que el Ejército Popular de Liberación (PLA) ya ha desplegado láseres terrestres capaces de interrumpir, degradar o dañar sensores satelitales. Se espera que para mediados o finales de los 2020, China implemente sistemas más potentes que puedan dañar físicamente estructuras de satélites.
Satélites manipuladores: China ha experimentado con satélites que pueden acercarse y manipular otros en órbita, como los probados en GEO (órbita geoestacionaria) y LEO. Estos podrían usarse para inspección o reparación, pero también para desactivar o destruir satélites enemigos, como se vio en maniobras de "dogfighting" en marzo de 2025.
Armas de energía dirigida y jammers: El PLA está desarrollando sistemas de interferencia para bloquear comunicaciones satelitales, incluyendo frecuencias militares protegidas de EE.UU., y posibles armas de pulso electromagnético.
Entre 2019 y 2021, China duplicó su número de satélites en órbita (de 250 a 499), y para 2025, su "orden de batalla espacial" ha crecido un 620% en una década, según el Pentágono. Esto incluye satélites de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) que potencian su complejo de ataque de precisión de largo alcance.
Preocupación de la Fuerza Espacial
Saltzman describió las "curvas" del progreso chino como una trayectoria preocupante frente a la de EE.UU., señalando que:
China está cerrando la brecha tecnológica que una vez favoreció a Estados Unidos, con avances en espacio que hace una década eran exclusivos de Washington.
La doctrina del PLA ve las operaciones contrasatelitales como esenciales para "cegar y ensordecer" a enemigos como EE.UU., mediante la destrucción o interferencia de satélites de comunicación y reconocimiento.
Sin embargo, el general lamentó que la Fuerza Espacial está "críticamente subfinanciada". En su testimonio, afirmó que las nuevas misiones asignadas al servicio (como lograr superioridad espacial y negar el uso del espacio a adversarios) requieren capacidades que aún no están fully desarrolladas. El presupuesto para el año fiscal 2025 fue de 29 mil millones de dólares, menor a los 30 mil millones solicitados, lo que Saltzman considera insuficiente para contrarrestar la amenaza china.
Conclusión
China está efectivamente expandiendo su arsenal antisatélite con tecnologías avanzadas que amenazan la dependencia estadounidense del espacio para operaciones militares. El jefe de la Fuerza Espacial, Chance Saltzman, ha dejado claro que el ritmo y la escala de este progreso chino lo superan, y la falta de fondos limita la capacidad de EE.UU. para revertir esta tendencia. Aunque EE.UU. está trabajando en arquitecturas más resilientes (como constelaciones proliferadas en LEO), el desequilibrio financiero y tecnológico sigue siendo un desafío crítico en esta nueva carrera espacial.