sábado 26 de abril de 2025 - Edición Nº173

OSINT | 10 abr 2025

La gran debilidad de China: El superávit comercial con Estados Unidos


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El superávit comercial de China con Estados Unidos, estimado en alrededor de 300 mil millones de dólares, podría convertirse en su mayor debilidad ante aranceles altos tiene fundamento, pero requiere un análisis matizado. En 2024, según datos de la Oficina del Representante Comercial de EE.UU., el déficit comercial de bienes de Estados Unidos con China fue de aproximadamente 263.3 mil millones de dólares (438.9 mil millones en importaciones desde China frente a 143.5 mil millones en exportaciones a China). Esta cifra, aunque algo inferior a los 300 mil millones mencionados, confirma que China exporta significativamente más a EE.UU. que viceversa, lo que genera un superávit considerable.

Un arancel alto, como los recientemente impuestos por la administración Trump —que alcanzaron el 104% sobre bienes chinos el 9 de abril de 2025, según Reuters— afecta más a China en términos absolutos porque depende más de sus exportaciones al mercado estadounidense. Estas exportaciones representan una porción clave de su economía: en 2024, los 438.9 mil millones de dólares en bienes exportados a EE.UU. equivalían a cerca del 13% de las importaciones totales de bienes de EE.UU. y a una parte significativa del comercio exterior chino. Si los aranceles reducen esta demanda, las industrias chinas orientadas a la exportación, especialmente las de bienes de consumo como electrónica y textiles, sufrirían pérdidas de ingresos, despidos y una posible reestructuración costosa para buscar otros mercados.

Por otro lado, EE.UU. importa más de China que lo que exporta, pero su economía es menos dependiente del comercio bilateral en términos relativos. El déficit comercial con China equivale a aproximadamente el 1% del PIB estadounidense, y aunque los aranceles elevan los costos para los consumidores e importadores estadounidenses (como se vio con las tarifas de 2018, que según estudios del Banco de la Reserva Federal se trasladaron casi íntegramente a los consumidores), el impacto se distribuye entre una base económica más amplia y diversificada. Además, EE.UU. ha reducido su dependencia de bienes chinos desde 2016 (del 21% al 13% de las importaciones totales en 2024), en parte por la reubicación de cadenas de suministro a países como Vietnam y México, lo que mitiga el golpe.

China ha respondido con aranceles propios, elevándolos al 84% sobre bienes estadounidenses el 9 de abril de 2025, según Reuters, pero sus importaciones desde EE.UU. son mucho menores (143.5 mil millones en 2024), lo que limita el daño que puede infligir en represalia. Esto sugiere que, en una guerra arancelaria, China tiene más que perder en términos de volumen de comercio afectado. Sin embargo, no es una debilidad absoluta: China puede redirigir exportaciones a mercados emergentes (Sudeste Asiático, África) y usar estímulos internos para compensar, aunque esto último choca con su renuencia histórica a sacrificar su superávit comercial por consumo doméstico, como señaló Rana Mitter en Harvard Gazette.

En resumen, un arancel alto golpea más fuerte a China en el corto plazo debido a su dependencia del mercado estadounidense, pero el impacto en EE.UU., aunque menor en proporción, no es insignificante para consumidores y empresas. La "mayor debilidad" de China dependerá de su capacidad para adaptarse, algo que aún está por verse en este enfrentamiento comercial en curso.

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