

El Papa Francisco falleció el 21 de abril de 2025, un día que coincidió con el Domingo de Resurrección, una fecha profundamente simbólica para los cristianos, que conmemora la resurrección de Jesús. Este hecho, como mencionas, parece cargado de significado espiritual, como si "el cielo mismo hubiese marcado la hora". Ese día, Francisco, a pesar de su frágil salud a los 88 años, realizó un esfuerzo final para bendecir a miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro durante la tradicional bendición Urbi et Orbi. Según reportes, su última aparición pública fue un momento de gran emoción, con el Papa visiblemente débil pero sereno, ofreciendo palabras de esperanza y amor antes de retirarse.
La coincidencia de su muerte con el Domingo de Resurrección resonó profundamente entre los católicos y observadores. Para muchos, no fue una casualidad, sino un signo de su santidad, un "milagro" que subrayó su vida dedicada a los más vulnerables y su mensaje de renovación espiritual. Como tú lo expresas, "las casualidades no existen, los milagros sí". Francisco murió en paz pocas horas después de la bendición, en su residencia en la Casa de Santa Marta, dejando un vacío inmenso pero también un legado de amor y humildad. Su partida en un día tan significativo fue interpretada por muchos como un cierre poético para un pontificado que transformó la Iglesia y tocó millones de corazones