

En declaraciones recientes, Trump afirmó: "El 145% es demasiado alto, se reducirá sustancialmente", y señaló que no planea "jugar duro" con China, adoptando un tono más conciliador al decir que será "muy amable" en las negociaciones comerciales. Este cambio de postura ocurre tras semanas de tensiones, donde China respondió con aranceles del 125% a bienes estadounidenses y restricciones a la exportación de tierras raras, afectando las cadenas de suministro globales
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, también insinuó una posible desescalada, aunque evitó dar detalles sobre la estrategia de Trump, diciendo: "No voy a revelar su estrategia de negociación". Este giro contrasta con la postura inicial de Trump, quien el 9 de abril de 2025 elevó los aranceles a China al 125% tras acusarlos de "falta de respeto a los mercados mundiales". Sin embargo, la presión económica, como la volatilidad en los mercados (el S&P 500 perdió casi 6 billones de dólares en valor desde el anuncio de los aranceles) y las críticas de empresas estadounidenses afectadas, parece haber influido en esta decisión de moderar los aranceles
Aunque Trump busca un acuerdo comercial, también advirtió que, si China no negocia, Estados Unidos establecerá los términos unilateralmente. Este cambio ha sido bien recibido por los mercados, con un repunte en Wall Street tras las declaraciones de Trump y Bessent, pero persisten dudas sobre la sostenibilidad de esta distensión, dado el historial de idas y vueltas en la política comercial de Trump y las tensiones geopolíticas subyacentes con China