

Además, el Richmond incorporó el Joint Range Extension Application Protocol (JREAP), una capacidad satelital que extiende el alcance del enlace de datos más allá de la línea de visión, esencial para operaciones en regiones vastas como el Indo-Pacífico. Esta combinación de tecnologías mejora la percepción táctica del buque, permitiendo una coordinación más efectiva dentro del grupo de ataque y con aliados de la OTAN. El comandante del CSG25, comodoro James Blackmore, describió esta actualización como "un cambio de juego", destacando su impacto en la conciencia situacional durante el despliegue de ocho meses.
La integración de estos sistemas en una plataforma de 30 años presentó desafíos técnicos, pero fue lograda mediante un esfuerzo conjunto entre la Royal Navy, Defence Equipment & Support (DE&S), BAE Systems, Relay y la tripulación del Richmond. Este avance no solo fortalece la capacidad operativa del HMS Richmond, sino que también servirá como base para modernizar el resto de la flota Tipo 23, adaptándolas a las exigencias de conflictos marítimos futuros, donde la velocidad de reacción y la interoperabilidad son clave.