

Aunque la Marina de EE. UU. afirmó oficialmente que el incidente fue un accidente operativo—el avión y un tractor de remolque cayeron por la borda durante maniobras en el hangar, con un marinero herido—reportes de Yahoo News y TWZ, basados en oficiales de defensa, sugieren que el Truman realizó un giro brusco para evadir fuego hutí, lo que habría contribuido a la pérdida del F-18.
Si se confirma que un ataque hutí forzó al portaaviones a maniobrar de forma tan drástica, esto sería extremadamente grave para la Armada de EE. UU. Los portaaviones como el Truman, valuados en 13,000 millones de dólares, están protegidos por un sistema de defensa estratificado: cazas de escolta, buques AEGIS con misiles interceptores y sistemas de defensa cercana (CIWS). Que misiles o drones hutíes hayan superado estas capas indicaría deficiencias críticas en la protección naval estadounidense. Los hutíes han intensificado sus ataques con drones baratos y misiles balísticos antibuque, como el reportado el 16 de marzo de 2025, cuando afirmaron lanzar 18 misiles y un dron contra el Truman, aunque no lo alcanzaron directamente.
Este incidente expone la creciente amenaza asimétrica que representan grupos no estatales con acceso a tecnología de bajo costo pero efectiva. Los portaaviones son el núcleo de la proyección de poder de EE. UU., y su vulnerabilidad podría obligar a un replanteamiento estratégico. Históricamente, la Marina ha enfrentado críticas similares: en 2019, un informe del Pentágono advirtió que los portaaviones eran cada vez más vulnerables a misiles hipersónicos y enjambres de drones, y ejercicios como el de 2002, donde el USS Theodore Roosevelt fue "hundido" simuladamente por tácticas de saturación, ya señalaban estas debilidades. El caso del Truman podría acelerar debates sobre la necesidad de invertir en contramedidas más avanzadas, como láseres de alta energía (ya en pruebas) o sistemas antidrones más robustos, y sobre la viabilidad de depender tanto de portaaviones en teatros donde amenazas asimétricas son predominantes.
Críticamente, este incidente también podría tener implicancias políticas. La administración Trump, que asumió en enero de 2025, ha priorizado una postura más aislacionista, y un revés de esta magnitud podría alimentar argumentos para reducir el despliegue de portaaviones en regiones volátiles como el Mar Rojo, donde los hutíes, respaldados por Irán, han demostrado una capacidad inesperada para desafiar a la Marina de EE. UU. Sin embargo, la falta de una admisión oficial sobre el rol de los hutíes sugiere que la Marina podría estar minimizando el incidente para evitar cuestionamientos a su preparación y preservar su imagen de invulnerabilidad, lo que podría retrasar las reformas necesarias.
En conclusión, si el ataque hutí efectivamente forzó al Truman a maniobrar y causó la pérdida del F-18, esto revelaría una vulnerabilidad significativa en las defensas navales de EE. UU., subrayando la necesidad de adaptar la estrategia militar a las amenazas asimétricas modernas.