sábado 03 de mayo de 2025 - Edición Nº180

Nacionales | 30 abr 2025

Argentina

El Jefe fue a saludar al Gerente: Subordinación y entrega

La reunión entre el presidente Javier Milei y el almirante Alvin Holsey, comandante del Comando Sur de EE.UU., el 29 de abril de 2025, ha generado críticas en Argentina, como reflejan publicaciones en X y algunos medios.


Image

Los detractores, consideran que la presencia de Milei en este encuentro representa una subordinación y una entrega de soberanía, argumentando que este tipo de reuniones deberían ser manejadas por el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas argentinas, en este caso el general de brigada Xavier Julián Isaac, según el protocolo militar y la Ley de Defensa Nacional 23.554, que establece que las relaciones militares con potencias extranjeras son competencia de las Fuerzas Armadas bajo supervisión del Ministerio de Defensa.

La crítica se basa en varios puntos:

  1. Simbolismo de subordinación: Que Milei, como jefe de Estado, reciba directamente al comandante del SOUTHCOM se interpreta como una señal de alineamiento excesivo con EE.UU., especialmente en un contexto donde Argentina busca modernizar su defensa con apoyo estadounidense (como el programa F-16 mencionado por SOUTHCOM). Esto se percibe como una cesión de autonomía en decisiones estratégicas.

  2. Contexto geopolítico: La visita de Holsey ocurre tras acuerdos como el de ciberseguridad con el Reino Unido, que ya generó polémica por las tensiones históricas por Malvinas. Usuarios en X, como

    @granovskymartin

    , ven un patrón de entrega de soberanía al "eje anglo-yankee", especialmente porque EE.UU. y el Reino Unido son aliados en la OTAN, y Argentina ha expresado interés en ser socio global de esta alianza, lo que algunos consideran incompatible con la defensa de los intereses nacionales en el Atlántico Sur.
  3. Protocolo y roles institucionales: Según la estructura militar argentina, el Jefe del Estado Mayor Conjunto es el encargado de coordinar operaciones y relaciones militares con fuerzas extranjeras, mientras que el presidente define la política general. Que Milei haya asumido un rol directo en esta reunión, junto al ministro de Defensa Luis Petri, se interpreta como una centralización indebida que debilita las instituciones militares y su autonomía operativa.

Sin embargo, hay matices a considerar:

  • Práctica común: No es inusual que jefes de Estado reciban a altos mandos militares extranjeros, especialmente en visitas de alto perfil destinadas a reforzar alianzas estratégicas. La reunión con Holsey, según el comunicado de SOUTHCOM, buscaba reafirmar el compromiso de EE.UU. con la modernización militar argentina, un objetivo clave del gobierno de Milei.

  • Contexto de la relación bilateral: La cooperación con EE.UU., incluyendo el financiamiento para los F-16 y entrenamientos conjuntos, es parte de una política explícita del gobierno para acercarse a Occidente, en un giro respecto a administraciones anteriores que priorizaron relaciones con China o Rusia. Esto puede justificar la participación directa de Milei como un mensaje político.

  • Realidad operativa: Aunque el Jefe del Estado Mayor Conjunto tiene un rol técnico, en la práctica, las decisiones de política exterior y defensa suelen involucrar al presidente, especialmente en un gobierno como el de Milei, que concentra poder en la figura presidencial y sus asesores, como Santiago Caputo.

El sentimiento de "vergüenza" expresado en redes refleja una profunda desconfianza hacia este alineamiento, amplificada por el contexto económico y social: mientras Milei argumenta "no hay plata" para sectores vulnerables, destina recursos a programas militares con apoyo extranjero, lo que genera críticas sobre prioridades. Además, la visita de Holsey a Ushuaia hoy, 30 de abril, aviva temores sobre intereses estratégicos de EE.UU. en el Atlántico Sur y la Antártida, regiones sensibles para la soberanía argentina.

En conclusión, aunque la crítica sobre subordinación tiene fundamento en el simbolismo y el protocolo, la participación de Milei no viola normas legales y responde a una estrategia geopolítica deliberada. Sin embargo, el malestar refleja una tensión más amplia sobre la identidad y autonomía de Argentina en un contexto de creciente influencia extranjera.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias