sábado 03 de mayo de 2025 - Edición Nº180

Editorial | 2 may 2025

Argentina

Nuestro Homenaje, Nuestra Memoria, PROHIBIDO OLVIDAR

El 2 de mayo de 1982, el crucero ARA General Belgrano, orgullo de la Armada Argentina, fue hundido por torpedos del submarino británico HMS Conqueror durante la Guerra de las Malvinas.


Héroes del ARA General Belgrano: Un Tributo a la Valentía y el Sacrificio

Este trágico episodio, que se cobró la vida de 323 marinos y dejó un vacío imborrable en el corazón de Argentina, marcó un punto de inflexión en el conflicto y convirtió a los tripulantes del Belgrano en símbolos eternos de coraje, deber y sacrificio. A más de cuatro décadas de aquella jornada, recordamos a estos héroes, cuyo legado sigue inspirando a generaciones y reafirmando el compromiso inquebrantable de la nación con su soberanía.

El Belgrano: Un Gigante en el Atlántico Sur

El ARA General Belgrano, originalmente el USS Phoenix de la Marina estadounidense, fue adquirido por Argentina en 1951 y bautizado en honor al general Manuel Belgrano, creador de la bandera nacional. Con 185 metros de eslora y una tripulación de 1.093 hombres, este crucero ligero era una de las joyas de la Armada,  una historia de servicio que lo hacía un emblema de la capacidad naval argentina. En abril de 1982, el Belgrano fue desplegado al Atlántico Sur como parte de la Operación Rosario, destinada a recuperar las Islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1833.

Bajo el mando del capitán Héctor Bonzo, el buque navegaba al sur de las islas, acompañado por los destructores ARA Piedrabuena y ARA Bouchard, cuando recibió la orden de mantenerse en posición de espera. Sin embargo, el 2 de mayo, a unas 230 millas de las Malvinas y fuera de la zona de exclusión decretada por los británicos, el HMS Conqueror disparó tres torpedos, dos de los cuales impactaron al Belgrano. La explosión devastó el crucero, que se hundió en menos de una hora, en aguas heladas y bajo condiciones climáticas adversas. La tragedia dejó 323 mártires, pero también 770 sobrevivientes, cuya lucha por la vida en balsas en medio del océano es un testimonio de resiliencia.

Los Héroes: Rostros de un Sacrificio Nacional

Los tripulantes del Belgrano no eran solo marinos; eran hijos, hermanos, padres y amigos que encarnaban el espíritu de una Argentina decidida a defender su soberanía. Entre ellos había oficiales experimentados, suboficiales y jóvenes conscriptos, muchos de apenas 19 o 20 años, que enfrentaron el horror de la guerra con una entereza admirable. Sus historias personales, recopiladas por sobrevivientes y familiares, pintan un retrato de humanidad y heroísmo.

Un Legado de Resistencia y Soberanía

El hundimiento del Belgrano no solo fue una pérdida militar, sino un golpe emocional para Argentina. Sin embargo, el sacrificio de sus tripulantes galvanizó la determinación nacional de mantener viva la causa de las Malvinas. Cada 2 de mayo, el país rinde homenaje a estos héroes en ceremonias que reúnen a veteranos, familiares y ciudadanos comunes. En 2025, el Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas coincidió con un renovado debate sobre la soberanía, impulsado por las controvertidas declaraciones del presidente Javier Milei, quien ha sido criticado por su postura ambigua respecto a los derechos argentinos sobre las islas.

El legado del Belgrano trasciende la política. En Ushuaia, el Museo Marítimo y del Presidio alberga una réplica del crucero, mientras que en Buenos Aires, la Plaza de los Caídos en Malvinas guarda los nombres de los 323 mártires. 

Un Llamado a la Memoria

Recordar a los héroes del ARA General Belgrano es más que un acto de nostalgia; es un compromiso con los valores que defendieron: el amor por la patria, la valentía frente a la adversidad y la solidaridad en los momentos más oscuros. Sus nombres son un recordatorio de que la soberanía no es solo una cuestión de territorio, sino de memoria y dignidad.

En un mundo donde las tensiones geopolíticas persisten y la causa de Malvinas sigue sin resolverse, el sacrificio del Belgrano nos invita a reflexionar sobre el costo de la guerra y la importancia de la diplomacia para evitar nuevos sufrimientos. Pero, sobre todo, nos llama a honrar a aquellos que, en las frías aguas del Atlántico Sur, dieron todo por Argentina. A ellos, nuestro eterno agradecimiento y la promesa de que su legado nunca será olvidado.

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