

Pakistán afirmó haber derribado cinco aviones indios, incluyendo tres Rafales, un MiG-29 y un Su-30 MKI, utilizando cazas J-10C chinos equipados con misiles PL-15 y PL-10. Sin embargo, solo el derribo de un Rafale ha sido confirmado independientemente, mientras que India no ha reconocido oficialmente ninguna pérdida. La Fuerza Aérea de Pakistán destacó la eficacia de sus sistemas de defensa aérea y cazas, lo que representa un hito para el J-10C, ahora probado en combate contra un avión occidental de última generación.
Esta acción se dio en respuesta a los ataques indios contra supuesta "infraestructura terrorista" en Pakistán y la Cachemira administrada por Islamabad, tras un atentado en Pahalgam que dejó 26 muertos. La pérdida del Rafale, un activo clave adquirido por India por 8.700 millones de dólares, es un golpe estratégico y simbólico, evidenciando la capacidad de Pakistán para contrarrestar la superioridad numérica india en un entorno de alta intensidad como Cachemira.
No obstante, la narrativa debe tomarse con cautela. La falta de confirmación oficial india y la posibilidad de desinformación en redes sociales, como el uso de imágenes manipuladas, generan escepticismo. Además, la alta tasa de accidentes de la IAF podría sugerir que la pérdida no fue necesariamente por acción enemiga, aunque las evidencias actuales apoyan la versión del derribo. La escalada en Cachemira sigue siendo crítica, con ambos países en alerta y la comunidad internacional pidiendo moderación.