lunes 12 de mayo de 2025 - Edición Nº189

Nacionales | 11 may 2025

Argentina

Un presidente sin agenda pero con 6 hs de streaming

El presidente Javier Milei, quien asumió el cargo el 10 de diciembre de 2023, ha generado controversia por su falta de transparencia en la gestión presidencial y su uso del tiempo en actividades que poco tienen que ver con las responsabilidades de gobernar un país en crisis. A pesar de que la ley argentina exige que el Ejecutivo publique la agenda pública presidencial, esta información no está disponible, dejando a la ciudadanía sin claridad sobre las actividades oficiales del jefe de Estado. En cambio, Milei ha sido noticia por dedicar extensos períodos a actividades personales, como un reciente streaming de seis horas, mientras las demandas de la "cosa pública" parecen quedar relegadas.


El presidente Milei y la ausencia de una agenda pública: seis horas de streaming frente a la "cosa pública"

El viernes 9 de mayo de 2025, Milei participó en un programa de streaming de seis horas en el canal libertario "Carajo", conducido por Daniel Parisini, conocido como "El Gordo Dan". Durante esta transmisión, el presidente habló de temas variados, desde su retiro, sus ídolos futbolísticos, hasta una obra de teatro que está escribiendo titulada Juicio al capitalismo, donde planea actuar como defensor. Este evento, que atrajo a miles de espectadores en vivo, ha sido duramente criticado por diversos sectores. Posts en X reflejan el malestar de usuarios que consideran que esta actividad degrada la investidura presidencial y muestra una desconexión con las prioridades del país, como la inflación, la pobreza y la inseguridad.

La ausencia de una agenda pública oficial no es un hecho aislado. Desde el inicio de su gestión, Milei ha evadido esta obligación legal, lo que dificulta verificar si sus actividades diarias se alinean con las necesidades de la nación. Según datos recopilados por Página/12 en octubre de 2024, el presidente pasó 650 horas y siete minutos retuiteando contenido en X entre febrero y octubre de ese año, un promedio de más de dos horas diarias, a menudo durante horarios que coinciden con actos oficiales o momentos de crisis, como el conflicto diplomático con España en mayo de 2024. Este patrón de comportamiento sugiere que Milei prioriza su presencia mediática y digital sobre las responsabilidades de gobierno.

Mientras tanto, Argentina enfrenta desafíos críticos que requieren atención urgente. La pobreza afecta al 49,9% de la población, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (tercer trimestre de 2024), y el consumo masivo ha caído un 15% entre enero y noviembre de 2024, de acuerdo con la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios. Además, operativos como el despliegue de 1.900 militares en Salta para combatir el narcotráfico, enmarcado en el Plan Güemes, demandan una supervisión activa del Ejecutivo, algo que parece diluirse frente a actividades como el streaming. La narrativa oficial celebra logros como la reducción de la inflación y el superávit fiscal, pero ignora el costo social de estas medidas y la falta de planificación estratégica en áreas clave como la seguridad y la educación.

La participación de Milei en un streaming de seis horas no es un hecho aislado, sino parte de un estilo de gestión que privilegia la exposición mediática sobre la gobernanza. En abril de 2025, el presidente ya había pasado casi cinco horas en un programa de radio web con Alejandro Fantino, donde celebró el levantamiento parcial del cepo cambiario y atacó a sus detractores, según reportó El País. Este enfoque ha sido criticado por analistas que lo ven como una distracción frente a los problemas reales del país, mientras que sus seguidores lo defienden como una forma de comunicación directa con la ciudadanía, evitando medios tradicionales que Milei considera sesgados.

Sin embargo, esta estrategia plantea interrogantes sobre la seriedad con la que Milei encara su rol. La "cosa pública", entendida como el manejo responsable de los asuntos del Estado, requiere un compromiso constante, especialmente en un contexto de crisis económica y social. La falta de una agenda pública oficial no solo vulnera la transparencia, sino que alimenta la percepción de que el presidente está más interesado en su imagen personal que en las necesidades del país. Mientras Milei dedica horas a actividades de entretenimiento, la ciudadanía espera respuestas concretas a problemas urgentes, un contraste que pone en cuestión su liderazgo y prioridades.

En conclusión, la ausencia de una agenda pública oficial y la dedicación de Milei a actividades como un streaming de seis horas reflejan una gestión que prioriza la exposición mediática sobre las responsabilidades de gobierno. Este comportamiento no solo genera críticas por su impacto en la investidura presidencial, sino que también deja un vacío en la atención a la "cosa pública", en un momento en que Argentina más necesita un liderazgo enfocado y transparente. ¿Hasta cuándo podrá Milei sostener esta dinámica sin que el descontento social y las demandas de gobernanza lo alcancen?

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