

. Los portaaviones británicos, liderados por el HMS Prince of Wales, y los italianos, encabezados por el ITS Cavour, formaron el núcleo de una flota conjunta que incluyó 21 buques de guerra, 3 submarinos, 41 cazas (incluidos F-35B de ambos países), 19 helicópteros, 10 aviones de patrulla marítima y aproximadamente 8.000 efectivos de nueve naciones: Reino Unido, Italia, Canadá, Francia, Noruega, Portugal, España, Turquía y Estados Unidos.
El ejercicio se centró en la interoperabilidad entre las fuerzas de la OTAN, con énfasis en tácticas de guerra antisubmarina, defensa aérea contra amenazas de drones y aviones, y operaciones conjuntas de aviación embarcada. Los F-35B británicos e italianos realizaron operaciones intensivas de día y noche, incluyendo ejercicios de "cross-decking" (despegue y aterrizaje en portaaviones aliados), lo que fortaleció la integración entre ambas marinas. Este evento marcó la primera gran prueba del grupo de ataque de portaaviones británico en su despliegue global de ocho meses, conocido como Operation Highmast, y destacó el creciente equilibrio y capacidad de la Marina italiana, especialmente con el ITS Cavour, que opera aviones de quinta generación.
La colaboración entre el Reino Unido e Italia, junto con otros aliados, envió un mensaje claro sobre la cohesión y el poder marítimo de la OTAN en una región estratégica como el Mediterráneo, en un contexto de tensiones geopolíticas globales