

Según un comunicado del Departamento del Tesoro, se sancionaron más de 20 empresas vinculadas al Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Irán y su empresa fachada, Sepehr Energy, que habrían enviado petróleo por valor de miles de millones de dólares. Entre las entidades sancionadas están CCIC Singapore PTE y Huangdao Inspection and Certification Co. Ltd., acusadas de ocultar el origen iraní del petróleo y realizar inspecciones previas a la entrega.
El objetivo de estas sanciones, según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, es cortar los ingresos que Irán usa para financiar terrorismo, desarrollar su programa nuclear y apoyar a grupos como los hutíes en Yemen, que han atacado embarcaciones en el Mar Rojo. Las sanciones, respaldadas por el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional 2 del 4 de febrero de 2025, son las más recientes de varias rondas desde que Trump asumió el poder, marcando la sexta acción de este tipo en 2025. China, el mayor importador de petróleo iraní, sigue siendo un foco clave, ya que las refinerías "teapot" (pequeñas y privadas) procesan gran parte de este crudo, a menudo a través de una "flota en la sombra" que usa tácticas como transferencias barco a barco y manipulación de sistemas de identificación.
Sin embargo, esta narrativa merece un análisis crítico. Aunque EE.UU. busca presionar a Irán, las sanciones a estas redes más pequeñas tienen un impacto limitado, ya que China e Irán han desarrollado un sistema de comercio que usa yuanes y redes de intermediarios para evitar el dólar y la supervisión estadounidense. Analistas como Jeremy Paner, citado en reportes de Reuters, señalan que sin sancionar a bancos chinos grandes, el efecto sobre las exportaciones iraníes será marginal. Además, China no reconoce las sanciones estadounidenses, lo que sugiere que estas medidas podrían ser más simbólicas que efectivas, sirviendo más como un gesto político de Trump para proyectar dureza que como una estrategia práctica para detener el flujo de petróleo.
En el contexto global, estas sanciones se alinean con otros movimientos de Trump, como su reunión con el líder de HTS en Riad el 14 de mayo, donde levantó sanciones a Siria para fomentar los Acuerdos de Abraham, mostrando una política exterior que mezcla presión y negociación.