

Detalles del Acuerdo
Aviación: Qatar Airways firmó un contrato de 96 mil millones de dólares para adquirir hasta 210 aviones Boeing 787 Dreamliner y 777X, equipados con motores GE Aerospace. Este es el pedido más grande de aviones de fuselaje ancho en la historia de Boeing, y se estima que generará 154.000 empleos anuales en EE.UU., sumando más de un millón de empleos durante el ciclo de producción y entrega.
Defensa: Se firmaron contratos por 3 mil millones de dólares, incluyendo un acuerdo con Raytheon por mil millones para capacidades antidrones (Qatar será el primer cliente internacional del sistema FS-LIDS de Raytheon) y otro con General Atomics por 2 mil millones para la compra de drones MQ-9B Reaper. Además, un memorando de intenciones contempla posibles inversiones futuras de 38 mil millones de dólares, incluyendo mejoras en la base aérea Al Udeid y capacidades de defensa aérea y marítima.
Tecnología y Energía: Quantinuum firmó una alianza con Al Rabban Capital para invertir hasta mil millones en tecnologías cuánticas, apoyando empleos en ambos países. Empresas como McDermott (8,5 mil millones con Qatar Energy) y Parsons (proyectos por 97 mil millones) también se benefician, impulsando empleos en el sector energético y de ingeniería en EE.UU.
Contexto y Reacciones
La Casa Blanca destacó que este acuerdo impulsa la manufactura estadounidense y posiciona a EE.UU. para una "nueva era dorada". Trump, en una ceremonia junto al emir de Qatar, Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, afirmó que los acuerdos elevan la relación bilateral a "otro nivel". Sin embargo, la visita coincidió con críticas por la oferta de Qatar de un avión de lujo de 400 millones de dólares para Trump, que será usado temporalmente como Air Force One, lo que ha generado preocupaciones éticas y de seguridad en algunos sectores políticos estadounidenses.
Análisis Crítico
Aunque los números son impresionantes, hay escepticismo sobre si el "intercambio económico" de 1,2 billones se traducirá en flujos reales de dinero, ya que parte de los acuerdos (como la venta de drones) ya habían sido anunciados previamente. Además, la relación entre EE.UU. y Qatar ha sido compleja: Qatar, que alberga la base Al Udeid, fue designado aliado no-OTAN en 2022, pero ha enfrentado acusaciones de apoyar a grupos como Hamas, lo que genera tensiones con otros aliados de EE.UU. en la región, como Israel. Este acuerdo podría ser más una maniobra política y económica de Trump para proyectar éxito doméstico que una solución a las dinámicas geopolíticas del Golfo.
En resumen, el acuerdo marca un hito en la relación comercial entre EE.UU. y Qatar, pero su impacto real dependerá de la implementación y de cómo se manejen las tensiones regionales.