

El Barco Dron Magura-7 de Ucrania: Innovación con Misiles AIM-9 Sidewinder
Diseño y Características del Magura-7
El Magura-7, también conocido como Magura V7, es una evolución del Magura V5, un USV diseñado inicialmente para ataques kamikaze contra buques enemigos. Según Naval News, el Magura-7 mide aproximadamente 8 metros de largo, en comparación con los 5.5 metros del V5, y presenta un diseño de casco más ancho con una proa rediseñada para mejorar su navegabilidad en condiciones adversas, como las tormentas invernales del Mar Negro. A diferencia del V5, que suele llevar una carga explosiva en la proa para ataques suicidas, el Magura-7 en su configuración antiaérea no parece incluir un detonador de impacto, lo que sugiere un enfoque exclusivo en misiones de defensa aérea o configuraciones modulares.
El Magura-7 está equipado con dos misiles AIM-9M Sidewinder, montados en rieles de lanzamiento estilo aeronáutico que pueden elevarse para el disparo, aunque no ofrecen movimiento lateral (traverse). Esto es significativo, ya que el AIM-9M carece de capacidades de alta desviación del eje (high-off-boresight, HOBS), a diferencia del misil soviético R-73 utilizado en versiones previas del Magura. Para apuntar, el dron debe maniobrar físicamente hacia el objetivo, utilizando un sistema de sensores ópticos o infrarrojos, probablemente una cámara infrarroja similar a la empleada en otros sistemas improvisados de defensa aérea ucraniana.
Aunque las especificaciones completas del Magura-7 no han sido reveladas, el Magura V5, su predecesor, tiene una velocidad máxima de 42 nudos, una velocidad de crucero de 22 nudos y un alcance de 450 millas náuticas (aproximadamente 833 km). Es probable que el Magura-7 mantenga características similares, con mejoras en estabilidad y capacidad de carga para soportar los misiles y los sistemas de puntería adicionales.
Los Misiles AIM-9 Sidewinder
El AIM-9M Sidewinder es un misil aire-aire de corto alcance guiado por infrarrojos, desarrollado por Estados Unidos y ampliamente utilizado por las fuerzas occidentales. Introducido en 1983, el AIM-9M ofrece mejoras sobre versiones anteriores, como mejor resistencia a contramedidas infrarrojas, discriminación de fondo y un motor de cohete de humo reducido. Su alcance efectivo, cuando se lanza desde una plataforma marítima o terrestre, es de aproximadamente 10 km, significativamente menor que los 30-40 km cuando se dispara desde un avión, debido a las limitaciones de los sensores y la falta de movilidad de la plataforma.
Adaptar el AIM-9M para su uso en un dron marítimo representa un desafío técnico notable. A diferencia de los aviones de combate, que proporcionan una plataforma estable con radar y aviónica integrada, el Magura-7 opera en un entorno marítimo dinámico, sujeto a olas y viento. Requiere un sistema estabilizado para mantener la alineación del misil y una fuente de energía para activar los sistemas electrónicos del AIM-9 antes del lanzamiento. La integración probablemente incluye un sistema electroóptico o de radar para detectar y rastrear objetivos aéreos, permitiendo al dron emboscar aviones sin emitir señales de radar activas, lo que mejora su sigilo.
Operaciones y Logros
El 2 de mayo de 2025, tres Magura-7 operados por la unidad especial Group 13 del GUR, en coordinación con el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y otras fuerzas de defensa, llevaron a cabo una operación histórica cerca de Novorossiysk, un centro clave de la Flota del Mar Negro rusa. Dos de los drones dispararon misiles AIM-9M, derribando dos cazas Su-30SM, cada uno valorado en aproximadamente $50 millones. El primer avión fue destruido, con su tripulación rescatada por un barco civil, mientras que la tripulación del segundo probablemente pereció, según el jefe del GUR, teniente general Kyrylo Budanov.
El ataque, capturado en video por los sensores del dron y compartido en plataformas como X y Telegram, mostró un impacto directo en el primer Su-30, que estalló en llamas antes de caer al mar. Este evento marcó la primera vez que un dron marítimo derribó aviones de combate, destacando la innovación ucraniana en la guerra asimétrica. Budanov calificó el evento como un “momento histórico” y señaló que el AIM-9M demostró ser el misil más efectivo entre los probados en el Magura-7, superando al R-73 utilizado anteriormente.
El Magura-7 se suma a una serie de éxitos de los drones marítimos ucranianos. El Magura V5, por ejemplo, ha sido utilizado para hundir buques rusos como el Ivanovets (febrero de 2024), el Tsezar Kunikov (febrero de 2024) y el Sergey Kotov (marzo de 2024), causando pérdidas estimadas en $500 millones a la Flota del Mar Negro. La capacidad del Magura-7 para derribar aviones agrega una nueva dimensión a su rol, convirtiéndolo en una plataforma multidominio que amenaza tanto objetivos marítimos como aéreos.
Implicaciones Estratégicas
El éxito del Magura-7 con AIM-9M Sidewinder demuestra la capacidad de Ucrania para integrar armamento occidental en plataformas propias, un avance que trasciende el ámbito naval. Según Defense Express, esta integración sugiere que Ucrania podría desarrollar sistemas de misiles superficie-aire (SAM) con misiles occidentales, expandiendo su programa FrankenSAM, que ya utiliza misiles R-73 y AIM-7 en sistemas terrestres como el Buk-M1. La posibilidad de adaptar AIM-9 para drones aéreos no tripulados también abre nuevas perspectivas para la defensa aérea ucraniana.
En el contexto del conflicto, el Magura-7 ha forzado a Rusia a reconsiderar sus operaciones en el Mar Negro. Los aviones Su-30SM, pertenecientes al 43º Regimiento de Aviación de Ataque Naval en Crimea, probablemente estaban patrullando para proteger la Flota del Mar Negro de los drones ucranianos. Su derribo no solo representa una pérdida económica, sino que también limita la capacidad de Rusia para proyectar poder aéreo en la región, obligando a sus buques a permanecer en puertos para evitar ataques.
La innovación ucraniana también tiene implicaciones globales. Países como Estados Unidos, China y Turquía, líderes en tecnología de drones, están observando de cerca estos desarrollos, que podrían inspirar nuevas plataformas de combate multidominio. La relación costo-eficacia del Magura-7, con un costo estimado de $265,000 por unidad frente a los $50 millones de un Su-30, destaca su valor en la guerra asimétrica.