Analicemos los números y el contexto:

• Pérdida de poder adquisitivo: La APFA indica que los salarios militares han perdido un 40% de su poder adquisitivo desde 2023. Esto significa que, ajustados por inflación, los ingresos reales de los efectivos militares (tanto en actividad como retirados) son significativamente menores que hace dos años. Por ejemplo, un salario nominal de $100.000 en 2023 equivaldría a $60.000 en términos reales en 2025, considerando la devaluación del poder de compra.

• Inflación interanual: Según el INDEC, la inflación interanual en abril de 2025 alcanzó el 289%. Esto implica que los precios de bienes y servicios se han casi cuadruplicado en un año. Para contextualizar, un producto que costaba $100 en abril de 2024 costaría $389 en abril de 2025. Esta inflación récord, una de las más altas del mundo, ha pulverizado los ingresos fijos, especialmente en sectores como el militar, donde los ajustes salariales no han acompañado el ritmo inflacionario.

• Impacto en los militares: Los salarios militares, que históricamente no han sido altos, se ven aún más erosionados. Por ejemplo, un suboficial mayor en actividad, que en 2023 podría haber ganado alrededor de $150.000 mensuales, tendría en 2025 un salario nominal ajustado a, digamos, $400.000 (tras incrementos parciales). Sin embargo, con una inflación acumulada del 289% desde 2023, ese salario equivaldría a menos de $90.000 en términos reales de 2023, insuficiente para cubrir la canasta básica, que para una familia tipo supera los $800.000 en 2025 (según estimaciones de consultoras privadas como EcoGo).

• Contexto económico y político: Bajo el gobierno de Javier Milei, las políticas de ajuste fiscal han priorizado la reducción del déficit, lo que ha limitado los aumentos salariales en el sector público, incluidas las Fuerzas Armadas. El presupuesto del Ministerio de Defensa para 2025 se redujo un 12% ajustado por inflación (La Nación, 15 de marzo de 2025), afectando no solo los salarios, sino también los beneficios sociales, como la Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA), que enfrenta un déficit de $8.000 millones y problemas de atención médica, según una auditoría reciente.

• Comparación histórica: Esta pérdida de poder adquisitivo no es nueva, pero se ha agudizado. Durante el gobierno de Alberto Fernández (2019-2023), los militares ya habían perdido un 20% de poder adquisitivo debido a una inflación acumulada del 211% en ese período. La gestión de Milei, con su enfoque en el ajuste, ha acelerado esta tendencia, generando descontento en las Fuerzas Armadas, como refleja la denuncia de César Milani el 25 de mayo de 2025.

• Implicaciones: La combinación de salarios devaluados y alta inflación ha llevado a muchos militares a situaciones de precariedad. Según un informe de Página/12 (10 de mayo de 2025), algunos efectivos han recurrido a trabajos informales para complementar sus ingresos, mientras que los retirados enfrentan condiciones cercanas a la indigencia, con haberes mínimos que no cubren la canasta básica de un adulto mayor (estimada en $300.000).

En resumen, los datos de la APFA y el INDEC confirman una crisis profunda para los militares argentinos, cuya capacidad de subsistencia se ha visto gravemente afectada por una inflación galopante y ajustes insuficientes.