

En el Tedeum del 25 de mayo de 2025, García Cuerva pronunció una homilía contundente en la Catedral Metropolitana, frente al presidente Milei y su gabinete. Criticó la situación social del país, afirmando que “la Argentina sangra en la inequidad” y enumeró problemas como la marginalidad, la exclusión, el narcotráfico que actúa como un “Estado paralelo” en algunos barrios, la situación de personas en calle, y la precariedad de los jubilados, quienes “merecen una vida digna, con acceso a los remedios y a la alimentación”. Señaló que esta “herida” lleva años abierta y urge resolverla, preguntándose: “¿Cuántas generaciones más deberán reclamar por jubilaciones dignas?”. También apuntó al “terrorismo en las redes” y al “barro de las descalificaciones, del odio y la violencia”, en lo que se interpretó como una referencia a las campañas de trolls que refuerzan el mensaje oficialista en redes sociales. Criticó la desinformación, diciendo que “nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación”, y llamó a superar la intolerancia y la agresión constante para construir una “Argentina unida”.
En octubre de 2024, durante la misa de cierre de la Peregrinación Juvenil a Luján, García Cuerva lamentó el índice de pobreza del 52,9%, según datos del Indec, y criticó a los “mediocres” que “buscan culpables” en lugar de soluciones. Instó a la clase política a unirse en torno a “dos o tres temas importantes” para los argentinos, promoviendo la unidad y el diálogo frente a las crisis, en lugar de profundizar las grietas sociales.
También en octubre de 2024, en un coloquio organizado por Cáritas, Fundar y TECHO, García Cuerva cuestionó el recorte del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) por parte del gobierno, un programa que financiaba obras en barrios populares. Señaló que la retirada del Estado en estos proyectos deja espacio al avance del narcotráfico, afectando la calidad de vida de los más pobres, y destacó la importancia de mantener estas políticas que “trascienden y transforman”.
En abril de 2024, durante la Fiesta de San Expedito, García Cuerva criticó los aumentos salariales de funcionarios y legisladores en un contexto de crisis económica, diciendo: “Estamos viviendo tiempos muy complicados. Hagámoslo todos, por favor, no se aumenten los sueldos”. Hizo referencia al esfuerzo de la sociedad, como los abuelos que priorizan medicamentos sobre comida, y pidió un compromiso colectivo para sacar al país adelante.
Finalmente, en mayo de 2024, durante otro Tedeum, García Cuerva ya había señalado los “autoaumentos de sueldos” de funcionarios y llamó a la dirigencia a dejar de “pensar estrategias para que al otro le vaya mal”, en alusión a la confrontación política. Advirtió contra la “instrumentalización y el odio” que fragmentan a la sociedad y pidió no postergar la atención de las urgencias sociales, como la pobreza y el narcotráfico, en nombre de promesas de un futuro mejor.
En resumen, García Cuerva ha centrado sus críticas al gobierno en la falta de acción frente a la crisis social, la inequidad, el abandono de políticas para los barrios populares, el fomento del odio en redes, y los aumentos salariales de funcionarios en un contexto de ajuste, instando siempre a la unidad, el diálogo y la atención a los más vulnerables.