

Detalles del lanzamiento:
Objetivos científicos: El MET 1-SO "Escorpio" está diseñado para vuelos suborbitales y se utiliza con fines científicos, principalmente para mediciones e investigación. El cohete, capaz de alcanzar altitudes cercanas a los 100 km (la línea de Kármán, que marca el límite del espacio), permite estudiar parámetros atmosféricos, realizar experimentos meteorológicos y validar tecnologías en condiciones reales. En esta misión, el perfil de vuelo fue más acotado para priorizar la evaluación de subsistemas.
Tecnologías probadas: La misión validó el sistema de propulsión de combustible sólido desarrollado en el país, junto con tecnologías avanzadas como telemetría de alta frecuencia, transmisión encriptada de datos, navegación inercial autónoma y el uso de inteligencia artificial para localizar la cápsula tras su recuperación en el Atlántico Sur. Este fue el primer lanzamiento argentino con recuperación de carga útil sobre el mar, un logro estratégico para la reutilización de componentes.
Diseño y desarrollo: El cohete, de una sola etapa, cuenta con aviónica nacional, guiado pasivo mediante estabilizadores aerodinámicos y un motor de combustible sólido optimizado para un empuje constante. Fue desarrollado por la Dirección General de Investigación y Desarrollo (DGID) de la Fuerza Aérea, con participación de CITEDEF y otros organismos estatales.
Contexto y narrativa oficial:
El Ministerio de Defensa, liderado por Luis Petri, celebró el lanzamiento como un "hito histórico" que refleja la recuperación de capacidades tecnológicas tras décadas de desinversión. Según Petri, el ensayo fortalece la autonomía tecnológica y la soberanía nacional, un discurso que se alinea con la visión del gobierno de Javier Milei de revitalizar la defensa nacional. Sin embargo, esta narrativa optimista contrasta con críticas más amplias hacia el gobierno, como las de César Milani, quien denuncia el desmantelamiento del sistema de defensa y el abandono de los militares.
Análisis crítico:
Avance real, pero limitado: Si bien el lanzamiento del MET 1-SO es un paso adelante, su impacto práctico es modesto. Argentina tiene un historial de cohetería suborbital desde los años 60 (como el APEX A1-02 Alfa Centauro de 1961), pero los proyectos han sido discontinuos debido a falta de financiamiento y voluntad política. El "Escorpio" no representa un salto tecnológico revolucionario, ya que otros países han avanzado hacia cohetes reutilizables y satélites propios mucho antes.
Soberanía en entredicho: Aunque el gobierno destaca la soberanía tecnológica, las políticas de Milei, como la cooperación con el Comando Sur de EE. UU. (ejercicio Southern Seas 2025) y su postura ambigua sobre Malvinas, han generado críticas por ceder autonomía estratégica. La narrativa de "autosuficiencia" parece más retórica que práctica en un contexto de ajuste presupuestario, con un Ministerio de Defensa que perdió un 12% de su presupuesto real en 2025.
Contexto social: Este logro tecnológico ocurre mientras el hambre afecta al 28% de la población (UCA, 2024) y los salarios militares han perdido un 40% de poder adquisitivo desde 2023 (APFA). Celebrar avances aeroespaciales en medio de una crisis social puede percibirse como una desconexión de las prioridades del pueblo.
En conclusión, el lanzamiento del MET 1-SO "Escorpio" es un éxito técnico que posiciona a Argentina entre los pocos países capaces de realizar vuelos suborbitales con tecnología propia. Sin embargo, su relevancia debe ser evaluada en un contexto más amplio de prioridades nacionales y cuestionamientos sobre la verdadera soberanía del país.