

"Dólares en el Colchón": Una Política que Garantiza la Impunidad Económica de los Narcotraficantes
Una Medida que Blanquea el Crimen Organizado
El plan de Milei permite a las personas físicas gastar hasta 50 millones de pesos mensuales en bienes no registrables (como consumos diarios) sin que la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) reciba información alguna. Para compras de bienes registrables, como autos o inmuebles, basta con adherir al "Régimen Simplificado de Ganancias" para evitar que ARCA investigue el incremento patrimonial. En palabras de Adorni, "los argentinos vuelven a ser inocentes hasta que ARCA demuestre lo contrario". Esto elimina controles clave sobre el origen de los fondos, una herramienta fundamental para combatir el lavado de dinero.
Narcotraficantes, corruptos y evasores históricos encuentran en esta medida un regalo perfecto. Como han señalado especialistas en transparencia y ex titulares de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), el plan carece de mecanismos efectivos para distinguir entre ahorros legítimos y dinero proveniente de actividades ilícitas. Mientras Caputo insiste en que se respetarán las normas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el organismo que fija estándares contra el lavado de activos, no hay evidencia de que las medidas propuestas cumplan con esas recomendaciones. De hecho, el GAFI ha advertido previamente a Argentina sobre la necesidad de mejorar la verificación del origen de los fondos, una advertencia que este gobierno parece ignorar deliberadamente.
Un Historial de Impunidad para el Narco
La idea de que el efectivo garantiza la impunidad de los narcotraficantes no es nueva. En México, por ejemplo, el Ejército ha incautado más de 2.100 millones de pesos entre 2018 y 2023, escondidos en casas y mansiones de narcotraficantes que evitan los bancos para no dejar rastro. Desde 2020, la Unidad de Inteligencia Financiera mexicana bloqueó cuentas de familiares de narcos, lo que los llevó a guardar su dinero "a la antigüita": bajo el colchón o en criptoactivos como Bitcoin, que ofrecen anonimato. En Bolivia, narcotraficantes han pagado millones de dólares a oficiales para garantizar su impunidad, mientras que en Ecuador, la dolarización ha facilitado el movimiento de dinero narco al eliminar la trazabilidad cambiaria.
Argentina no es ajena a estas dinámicas. Durante el kirchnerismo, figuras como Martín Insaurralde fueron señaladas por su ostentación en yates por el Mediterráneo, mientras los controles sobre el lavado eran laxos. Ahora, Milei lleva esta impunidad a un nuevo nivel: institucionaliza la falta de control al permitir que cualquier persona, incluidos narcotraficantes, use dólares sin rendir cuentas. El argumento de que "los argentinos no son delincuentes" ignora que, entre los 200.000 a 400.000 millones de dólares estimados fuera del sistema, una porción significativa puede provenir del crimen organizado. Sin controles estrictos, no hay forma de separar al ahorrista honesto del narco o el corrupto.
Un Gobierno que Prioriza la Ideología sobre la Seguridad
La narrativa de Milei y Caputo de "liberar a los argentinos" es una fachada para una agenda libertaria que desprecia al Estado y sus herramientas de control. Al eliminar la exigencia de justificar el origen de los fondos, el gobierno no solo facilita el lavado de dinero narco, sino que también debilita la capacidad del Estado para combatir el crimen organizado. Esto es especialmente grave en un contexto regional donde el narcotráfico está en auge: en Ecuador, la dolarización ha sido señalada como un factor que facilita las operaciones narco, y en México, las remesas han sido infiltradas por dinero ilícito, con estimaciones de que hasta 4.400 millones de dólares anuales provienen del narcotráfico.
En Argentina, el plan de Milei podría tener un efecto similar. Especialistas advierten que la falta de trazabilidad del efectivo y la relajación de controles convierten al país en un imán para el crimen internacional. Mientras el gobierno dice que perseguirá a "narcotraficantes y delincuentes", no explica cómo lo hará sin información sobre el origen de los fondos. La realidad es que este plan beneficia directamente a los narcos, que podrán blanquear su dinero comprando propiedades, autos o invirtiendo en negocios sin levantar sospechas. Los "argentinos de bien" que Milei dice defender serán los más perjudicados, enfrentando un aumento del crimen y la inseguridad que el dinero narco inevitablemente trae consigo.
Una Traición a la Soberanía y la Seguridad Nacional
El impacto de este plan va más allá de la economía: es un golpe directo a la soberanía y la seguridad nacional. Un país que permite el ingreso masivo de dinero narco al sistema formal se convierte en un eslabón débil en la lucha global contra el crimen organizado. Mientras el gobierno desfinancia a las Fuerzas Armadas (con un presupuesto de Defensa al 0,31% del PBI en 2025) y colapsa instituciones como IOSFA y Fabricaciones Militares, también abandona la lucha contra el narcotráfico al facilitar el lavado de sus ganancias. Esto no es "libertad": es complicidad.
Milei y Caputo deben rendir cuentas por esta política irresponsable. Su obsesión ideológica con desregular todo, incluso a costa de la seguridad, está convirtiendo a Argentina en un paraíso para los narcos. Los dólares en el colchón no son el problema; el problema es un gobierno que, con su ceguera ideológica, garantiza la impunidad económica de los peores criminales. Si este es el "cambio" que prometieron, es un cambio que nos condena a todos.