

Este posicionamiento se da en un contexto de alta tensión diplomática y militar. Informes de inteligencia estadounidense, como los de CNN y The Times of Israel, sugieren que Israel está preparando un posible ataque contra instalaciones nucleares iraníes, especialmente tras la debilitación de las defensas aéreas de Irán luego de los bombardeos israelíes de octubre de 2024. Estas acciones aprovecharían la vulnerabilidad actual de Irán, cuya capacidad militar se encuentra en su punto más débil en décadas debido a sanciones económicas, la destrucción de sus proxies regionales (como Hezbollah y Hamas) y los ataques previos de Israel. Sin embargo, no hay evidencia concluyente de que Israel haya tomado una decisión final, y hay desacuerdos en Washington sobre la probabilidad de un ataque.
Por otro lado, las negociaciones entre Estados Unidos e Irán, lideradas por el enviado especial Steve Witkoff bajo la administración Trump, buscan un acuerdo diplomático que evite la escalada. Trump ha enfatizado su preferencia por una solución negociada, pero Israel ve con escepticismo cualquier acuerdo que no elimine por completo el enriquecimiento de uranio, temiendo que permita a Irán mantener capacidades nucleares latentes. Irán, por su parte, ha advertido que considerará a Estados Unidos como "participante" en cualquier ataque israelí y ha amenazado con una respuesta "devastadora" si sus instalaciones nucleares son atacadas, lo que podría desencadenar un conflicto regional más amplio.
La postura de Israel se alinea con su historial de acciones preventivas, como los ataques a instalaciones nucleares en Natanz y Karaj, y el asesinato de científicos iraníes como Mohsen Fakhrizadeh. Sin embargo, expertos y funcionarios estadounidenses dudan de la eficacia de un ataque unilateral israelí, argumentando que solo retrasaría el programa nuclear iraní por meses o semanas, y podría incentivar a Teherán a acelerar el enriquecimiento de uranio a niveles aptos para armas. Además, la instalación de Fordow, enterrada profundamente en una montaña, representa un desafío significativo para un ataque sin apoyo estadounidense.