

Una obra social en colapso
IOSFA, creada en 2014 tras la unificación de las obras sociales de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, enfrenta un déficit acumulado que, según fuentes recientes, supera los 160.000 millones de pesos en apenas 17 meses. Este desbalance financiero se atribuye principalmente al desfase entre los bajos salarios de los afiliados, de los cuales se derivan los aportes, y el aumento exponencial de los costos de salud tras el "sinceramiento" de precios en 2024. Los insumos médicos y los fármacos han experimentado incrementos significativos, mientras que los ingresos de la obra social, basados en aportes de salarios deprimidos, no han logrado compensar esta disparidad.
El presidente actual de IOSFA, Roberto Fiochi, ha reconocido la gravedad de la situación, admitiendo que se necesita "tiempo y dinero" para revertir la crisis. Sin embargo, las medidas tomadas hasta ahora, como la solicitud de un crédito de 40.000 millones de pesos al Instituto de Ayuda Financiera (IAF) con una tasa de interés del 52%, han generado críticas por considerarse insuficientes y onerosas. Los militares retirados y activos denuncian que este endeudamiento no resuelve el déficit estructural ni mejora las prestaciones, que sufren cortes, demoras en reintegros y falta de insumos en farmacias propias.
¿Un plan para privatizar?
Desde 2024, han circulado rumores sobre intenciones de privatizar o tercerizar IOSFA, alimentados por las gestiones de la administración anterior bajo Oscar Sagás, quien exploró convenios con la prepaga Medifé para externalizar servicios en provincias como Córdoba, Santa Fe y el nordeste argentino. Aunque Sagás y el Ministerio de Defensa negaron un plan de privatización, asegurando que las negociaciones con Medifé no prosperaron, estas iniciativas generaron rechazo entre los afiliados y el directorio de IOSFA, quienes temen que la tercerización sea un paso hacia la privatización total.
El Foro de Generales Retirados y otros sectores militares han advertido que IOSFA, con casi 600.000 afiliados y un ingreso mensual de 20.000 millones de pesos sin morosidad, representa un "mercado cautivo" atractivo para empresas privadas. La falta de transparencia en las gestiones, junto con la percepción de una administración "inepta y errática", ha intensificado las sospechas de que el deterioro de la obra social es deliberado para justificar su entrega al sector privado.
Bajos salarios y prestaciones en declive
Un factor clave en la crisis de IOSFA es la insuficiencia de los aportes, directamente afectados por los bajos salarios del personal militar y de seguridad. Los retirados aportan un 8% de sus haberes, mientras que los activos contribuyen con un 6%, pero estos ingresos no cubren los costos crecientes de las prestaciones médicas. La interrupción del plan de equiparación salarial iniciado en la gestión anterior ha agravado la situación, dejando un "gap" del 25% entre los sueldos de las Fuerzas Armadas y los de las Fuerzas de Seguridad.
Las consecuencias son evidentes: farmacias propias con escaso stock, dificultades para acceder a especialistas, y hospitales militares saturados que no logran absorber la demanda. Los afiliados denuncian que, a pesar de sus aportes, reciben un servicio comparable al de un hospital público, lo que genera frustración y desconfianza. La falta de auditorías efectivas y la sobrecarga administrativa agravan aún más la calidad de las prestaciones.
Despidos y ajuste: ¿Solución o agravio?
Como parte de la política de "achicamiento del Estado" promovida por el gobierno de Javier Milei, IOSFA ha implementado despidos, con al menos 122 trabajadores desvinculados a principios de 2025, según el Ministerio de Defensa, aunque ATE reporta hasta 150 cesantías. Estos despidos, que afectan a empleados con años de antigüedad y en algunos casos con condiciones de salud particulares, han sido cuestionados por no mejorar la situación financiera, dado que los salarios de estos trabajadores eran bajos. En cambio, se percibe como un intento de reducir costos operativos a expensas de la calidad del servicio.
Un futuro incierto
La crisis de IOSFA no solo refleja problemas financieros, sino también una falta de confianza en su gestión. Las denuncias de vaciamiento, el temor a la privatización y la precariedad de las prestaciones han generado un malestar generalizado entre los afiliados. Mientras el gobierno insiste en que busca "eficiencia" y niega planes de privatización, la realidad muestra una obra social al borde del colapso, con afiliados que enfrentan dificultades para acceder a la atención médica que merecen.
La solución requiere medidas urgentes: aumentar los aportes mediante la mejora de los salarios militares, optimizar la gestión administrativa, garantizar la transparencia en los convenios con prestadores y priorizar la calidad de las prestaciones. Sin un compromiso claro para sanear IOSFA, el riesgo de su deterioro irreversible y de una eventual privatización seguirá creciendo, afectando a cientos de miles de familias que dependen de esta obra social para su bienestar.