

La Armada del Ejército Popular de Liberación de China potencia el destructor Tipo 055 Lhasa con integración de aviones de alerta temprana aerotransportada
El destructor Tipo 055 Lhasa: Una plataforma de combate avanzada
El Lhasa (casco número 102), comisionado el 7 de marzo de 2021, es el segundo destructor de la clase Tipo 055 (clasificado como crucero Renhai por la OTAN) construido por el astillero Jiangnan Changxing en Shanghái. Con un desplazamiento de más de 12.000 toneladas, es uno de los destructores más grandes y potentes del mundo, comparable a los cruceros clase Ticonderoga de la Marina de EE.UU. Sus características clave incluyen:
Armamento: Equipado con 112 celdas de lanzamiento vertical (VLS) que pueden disparar misiles antiaéreos HQ-9B (alcance de 200 km), misiles de crucero antibuque YJ-18 (290-330 millas), misiles hipersónicos YJ-21 (600+ millas), misiles de ataque terrestre CJ-10 y misiles antisubmarinos Yu-8A. También cuenta con un cañón de 130 mm y sistemas de guerra electrónica.
Sensores: Incorpora un radar de doble banda con cuatro paneles AESA (matriz escaneada electrónicamente activa) de banda S (Tipo 346B Dragon Eye) y cuatro paneles de banda X, además de sonar de profundidad variable y un sonar de proa. Estos sistemas le otorgan una capacidad excepcional de conciencia situacional.
Rol estratégico: Diseñado para misiones expedicionarias en aguas azules, el Lhasa actúa como escolta principal de los portaaviones chinos Liaoning y Shandong, y puede liderar grupos de combate de superficie como buque insignia. Su capacidad de defensa aérea de área y guerra antisubmarina supera a los anteriores buques de superficie chinos.
Desde su entrada en servicio, el Lhasa ha participado en ejercicios intensivos, incluyendo simulacros de combate en el Mar Amarillo (enero y febrero de 2022) y el Mar de Japón (junio de 2022), demostrando su preparación para misiones de largo alcance.
Integración con aviones AEW: Un salto en capacidades
El 25 de mayo de 2025, CCTV reportó que el Lhasa puede sincronizarse con aviones AEW a través de enlaces de datos, permitiendo ataques antibuque y antiaéreos de largo alcance sin depender exclusivamente de sus radares. Esta integración, descrita como un avance en la “conectividad situacional”, tiene varias implicaciones:
Ampliación del alcance de detección: Los radares del Lhasa, aunque avanzados, están limitados por la curvatura de la Tierra, con un alcance efectivo de 260 km contra objetivos de baja altitud. Los aviones AEW, operando a gran altitud, pueden detectar amenazas a más de 250-300 millas (400-480 km) y transmitir datos en tiempo real, aumentando el alcance de ataque del Lhasa hasta 15-20 veces, según el analista militar Song Zhongping.
Ataques de precisión a larga distancia: Los misiles YJ-18 y YJ-21 del Lhasa pueden alcanzar objetivos a 330 y 600+ millas, respectivamente, pero sin datos externos, gran parte de este rango era inutilizable. La integración con AEW permite al destructor explotar todo el alcance de sus misiles, convirtiéndolo en una plataforma de ataque de largo alcance y de horizonte extendido (over-the-horizon).
Defensa mejorada: La capacidad de detectar objetivos de baja altitud, como misiles de crucero o drones, se ve reforzada por los datos de AEW, cerrando puntos ciegos en la defensa aérea marítima del Lhasa.
Interoperabilidad multidominio: Durante un ejercicio de fuego real en el Comando del Teatro Norte, el Lhasa coordinó con helicópteros embarcados y sensores terrestres, demostrando una integración similar al concepto de Comando y Control Conjunto de Todos los Dominios (JADC2) de EE.UU. Esta red de datos permite una guerra centrada en redes, donde múltiples plataformas comparten información en tiempo real.
El analista Song Zhongping comparó esta capacidad con un incidente en Cachemira, donde Pakistán usó tecnología china similar (aviones ZDK-3 y misiles PL-15E) para derribar cazas indios, destacando su efectividad en combate.
Implicaciones estratégicas
La integración del Lhasa con aviones AEW refuerza la estrategia de China de negación de área/acceso (A2/AD) en el Indo-Pacífico, especialmente en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán. Esta capacidad:
Fortalece las operaciones de portaaviones: Como escolta de los portaaviones Liaoning, Shandong y el futuro Tipo 003, el Lhasa puede proteger grupos de combate y proyectar poder a mayores distancias.
Desafía a la Marina de EE.UU.: El Lhasa, considerado por expertos como el “mejor destructor del mundo” en términos de capacidades integrales, supera a los destructores clase Arleigh Burke en número de celdas VLS (112 vs. 96) y compite con los cruceros Ticonderoga. La integración con AEW lo convierte en un nodo C4ISR (Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras, Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento), desafiando la supremacía naval de EE.UU. en la región.
Expansión global: Con ocho destructores Tipo 055 en servicio (Nanchang, Lhasa, Anshan, Wuxi, Dalian, Yan’an, Zunyi, Xianyang) y dos más en construcción (Tipo 055A), la PLAN está consolidando su capacidad para operar en aguas distantes, como el Mar de Japón y el Mar de Bering, enviando un mensaje a potencias regionales como Japón y a aliados de EE.UU.
Conclusión
La integración del destructor Tipo 055 Lhasa con aviones AEW marca un hito en la modernización de la PLAN, transformando al buque en una plataforma de ataque y defensa de largo alcance con capacidades comparables a los sistemas más avanzados de la Marina de EE.UU. Con 112 celdas VLS, radares de doble banda y una red de datos que permite interoperabilidad multidominio, el Lhasa refuerza la estrategia A2/AD de China y su proyección de poder global.