domingo 08 de junio de 2025 - Edición Nº216

OSINT | 2 jun 2025

Mundo en Guerra

Modernización de los portaaviones clase Queen Elizabeth: Misiles de largo alcance y sistemas aéreos no tripulados

La Revisión de Defensa Estratégica (SDR) del Reino Unido, publicada en 2025, ha confirmado un ambicioso plan para equipar los portaaviones clase Queen Elizabeth —HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Wales— con misiles de largo alcance lanzados desde cubierta y sistemas aéreos no tripulados (UAS, por sus siglas en inglés). Estas mejoras buscan transformar a estos buques, los más grandes jamás construidos para la Royal Navy, en plataformas de ataque multidominio, capaces de proyectar poder en un entorno de seguridad global cada vez más complejo.


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Modernización de los portaaviones clase Queen Elizabeth: Misiles de largo alcance y sistemas aéreos no tripulados

Contexto de las mejoras

Los portaaviones clase Queen Elizabeth, con un desplazamiento de 65.000 toneladas y una cubierta de vuelo de 280 metros, son el núcleo de la capacidad de proyección de poder marítimo del Reino Unido. Diseñados para operar hasta 72 aeronaves, incluyendo 36 cazas F-35B Lightning II con capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL), estos buques han sido fundamentales en operaciones como los despliegues en el Indo-Pacífico y el Mar Rojo. Sin embargo, la proliferación de amenazas avanzadas, como misiles hipersónicos, enjambres de drones y sistemas de negación de área/acceso (A2/AD), ha llevado a la Royal Navy a reforzar sus capacidades ofensivas y defensivas, según lo anunciado en la SDR de 2025.

Detalles de las mejoras

  1. Misiles de largo alcance lanzados desde cubierta:

    • Tipo de misiles: Aunque la SDR no especifica el modelo exacto, es probable que se integren misiles como el Common Anti-Air Modular Missile (CAMM) en contenedores modulares o versiones navales del SPEAR 3, un misil de precisión de 100 km de alcance ya utilizado por los F-35B. Estos sistemas permitirían a los portaaviones atacar objetivos marítimos, terrestres o aéreos a distancias de 100-300 km, complementando el armamento de sus escoltas (destructores Tipo 45 y fragatas Tipo 26).

    • Objetivo operativo: La integración de misiles mejora la capacidad de los portaaviones para realizar ataques de precisión de largo alcance, reduciendo la dependencia de los F-35B para misiones ofensivas y fortaleciendo su rol en escenarios donde las bases terrestres aliadas no estén disponibles.

    • Desafíos técnicos: Incorporar misiles en la cubierta plantea riesgos, como el daño por objetos extraños (FOD) a los motores de los aviones durante los lanzamientos, lo que requeriría inspecciones rigurosas de la cubierta. Además, los misiles aumentarían la vulnerabilidad del buque si no están protegidos contra ataques enemigos, dado que los clase Queen Elizabeth carecen de silos de lanzamiento vertical (VLS) internos, a diferencia de los destructores modernos.

  2. Sistemas aéreos no tripulados (UAS):

    • Programa Future Maritime Aviation Force (FMAF): Bajo el Proyecto Ark Royal, los portaaviones adoptarán un ala aérea híbrida que combina los F-35B con UAS, incluyendo drones colaborativos autónomos y drones desechables de un solo uso. Estos sistemas podrían realizar misiones de inteligencia, vigilancia, reconocimiento (ISR), ataques de precisión o misiones kamikaze, similares a los drones usados en conflictos recientes.

    • Capacidades de los UAS: Los drones autónomos, operando en configuraciones STOVL o potencialmente STOL/STOBAR, mejorarían la conciencia situacional y la flexibilidad táctica. Los drones desechables podrían saturar defensas enemigas o atacar objetivos de bajo valor, preservando los F-35B para misiones críticas.

    • Infraestructura: El sistema de manejo de armas altamente mecanizado (HMWHS) de los portaaviones facilita la integración de UAS, pero la transición a operaciones CATOBAR (despegue asistido por catapulta y aterrizaje con cables) para drones más pesados requeriría modificaciones costosas, como la instalación de catapultas electromagnéticas (EMALS) y cables de frenado.

  3. Capacidades actuales y limitaciones:

    • Los clase Queen Elizabeth están equipados con tres sistemas Phalanx CIWS (cañones de 20 mm) y ametralladoras Browning .50 para defensa propia, pero estos son insuficientes contra amenazas modernas como misiles hipersónicos o enjambres de drones. Las nuevas mejoras buscan cerrar esta brecha defensiva.

    • El diseño de doble isla (una para navegación y otra para control aéreo) optimiza la eficiencia operativa, pero la falta de silos VLS internos limita la capacidad de almacenar misiles a gran escala, lo que podría requerir soluciones modulares externas.

Implicaciones estratégicas

Las mejoras anunciadas en la SDR posicionan a los clase Queen Elizabeth como activos clave en la estrategia marítima de la OTAN, con las siguientes implicaciones:

  • Proyección de poder multidominio: La integración de misiles y UAS permite a los portaaviones realizar ataques a larga distancia, complementar las operaciones aéreas y defenderse contra amenazas asimétricas, fortaleciendo su rol en regiones estratégicas como el Indo-Pacífico, donde operan junto a aliados como Estados Unidos y Japón.

  • Interoperabilidad aliada: Los UAS y misiles facilitan la coordinación con las fuerzas de la OTAN, especialmente con los F-35B de la Marina de EE.UU., y refuerzan la capacidad del Reino Unido para liderar grupos de combate de portaaviones (CSG) en escenarios de alta intensidad.

  • Respuesta a amenazas modernas: La proliferación de misiles hipersónicos y drones, como los utilizados en Ucrania y el Mar Rojo, subraya la necesidad de capacidades avanzadas. Los UAS pueden contrarrestar enjambres de drones, mientras que los misiles de largo alcance ofrecen una opción para neutralizar amenazas antes de que se acerquen al grupo de combate.

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