

Despidos en VENG: un golpe al desarrollo aeroespacial argentino en medio de la crisis presupuestaria
Contexto de los despidos: ajuste presupuestario en el sector aeroespacial
VENG, creada para liderar proyectos tecnológicos de alto impacto como el lanzador satelital Tronador II, enfrenta una situación financiera compleja en un contexto de ajuste fiscal impulsado por el gobierno de Javier Milei. Según publicaciones en X, el viernes 30 de mayo se notificaron despidos que afectaron a técnicos y especialistas altamente calificados, muchos de ellos vinculados al desarrollo de tecnologías de propulsión y manufactura aditiva, como la reciente fabricación del motor regenerativo RS-2. Los gremios, como la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), denunciaron que estas desvinculaciones se realizaron "en la más absoluta discreción" y sin diálogo previo, acusando al gobierno de priorizar la reducción del gasto público sobre la preservación del capital científico-tecnológico.
El argumento oficial para los despidos se centra en la necesidad de reducir el déficit fiscal, un objetivo clave de la gestión libertaria. Sin embargo, desde el sector gremial y la oposición se sostiene que estas medidas comprometen la soberanía tecnológica de Argentina, ya que VENG y CONAE son responsables de proyectos estratégicos que posicionan al país entre las pocas naciones con capacidad para desarrollar y lanzar satélites propios. En 2024, por ejemplo, VENG y CONAE lograron un hito con la fabricación del primer motor regenerativo mediante manufactura aditiva, un avance que involucró a más de 50 empresas e instituciones, incluyendo la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Los despidos, según los críticos, amenazan la continuidad de estos proyectos.
Impacto en el personal y la industria aeroespacial
Los despidos afectan a trabajadores especializados, como técnicos en materiales compuestos y profesionales involucrados en el desarrollo del Tronador II, un lanzador diseñado para colocar satélites en órbita desde territorio argentino. Adolfo Toledo, técnico especializado en VENG, destacó en una entrevista con Radio Continental Córdoba que los afectados son profesionales con años de formación, cuyo conocimiento es difícil de reemplazar. La pérdida de este capital humano podría retrasar proyectos clave, como el Tronador II, que busca consolidar la capacidad de Argentina para completar el ciclo espacial (diseño, fabricación y lanzamiento de satélites), una hazaña que solo dominan diez países en el mundo.
Además, los despidos se producen tras la remoción de la cúpula directiva de VENG, lo que sugiere una reestructuración profunda de la empresa. Esta decisión ha generado preocupación en el sector, ya que VENG no solo colabora con CONAE, sino también con instituciones como INVAP, la UNLP y empresas privadas, formando un ecosistema tecnológico que impulsa la innovación en Argentina. La reducción de personal amenaza con debilitar esta red, afectando no solo a los trabajadores despedidos, sino también a las pymes y universidades que dependen de estos proyectos para su desarrollo.
Reacciones y críticas: ¿vaciamiento o reestructuración?
La reacción de los gremios y sectores políticos ha sido contundente. ATE y otros sindicatos han calificado los despidos como parte de un "desmantelamiento libertario" del sector científico-tecnológico, acusando al gobierno de Milei de despriorizar la inversión en ciencia y tecnología. Publicaciones en X, como las de@EnOrsai y @periferiacts, señalan que los despidos apuntan al "corazón del desarrollo aeroespacial argentino", poniendo en riesgo proyectos estratégicos que podrían generar ingresos a través de servicios de lanzamiento satelital en un mercado global competitivo.
Desde el gobierno, aún no ha habido una declaración oficial que detalle el alcance o las razones específicas de los despidos, pero el contexto de ajuste fiscal sugiere que la reducción de personal en VENG responde a una directiva más amplia para recortar el gasto público. Sin embargo, los críticos argumentan que el impacto económico de estos despidos podría ser mayor a largo plazo, ya que la pérdida de capacidades tecnológicas podría limitar la competitividad de Argentina en la industria espacial, un sector en crecimiento que mueve miles de millones de dólares a nivel global.
La situación de CONAE y el futuro del Plan Espacial Nacional
CONAE, como accionista mayoritaria de VENG, enfrenta su propio conjunto de desafíos. Aunque su presupuesto para 2025 no ha sido detallado en las fuentes disponibles, históricamente ha dependido de fondos estatales para financiar proyectos como el Tronador II y las misiones satelitales SAOCOM y SAC. En 2016, el presupuesto de CONAE fue de 1.863 millones de pesos (aproximadamente 180 millones de dólares), pero no hay información actualizada que indique si este monto se ha mantenido o reducido en el contexto de los recortes fiscales de 2025. La falta de claridad sobre el financiamiento de CONAE y la reestructuración en VENG generan incertidumbre sobre la continuidad del Plan Espacial Nacional, que incluye el desarrollo de infraestructura como el Centro Espacial Punta Indio y la Estación Terrena Tierra del Fuego.
Consecuencias y perspectivas
Los despidos en VENG no solo afectan a los trabajadores directamente involucrados, sino que también tienen implicaciones para la industria aeroespacial argentina en su conjunto. La pérdida de personal calificado puede retrasar proyectos como el Tronador II, que requiere años de desarrollo y pruebas para alcanzar madurez tecnológica. Además, la reducción de capacidades en VENG podría limitar la participación de Argentina en el mercado global de lanzamientos satelitales, un sector donde la demanda de servicios está en aumento debido a la proliferación de satélites de observación y telecomunicaciones.
En un contexto más amplio, esta situación refleja tensiones entre las políticas de ajuste fiscal y la necesidad de mantener inversiones estratégicas en ciencia y tecnología. Mientras el gobierno busca equilibrar las cuentas públicas, la comunidad científica y los gremios advierten que el costo de estas medidas podría ser la pérdida de soberanía tecnológica y la desventaja competitiva en un sector estratégico.
Conclusión
La ola de despidos en VENG S.A., confirmada a fines de mayo de 2025, representa un nuevo capítulo en la crisis que enfrenta el sector aeroespacial argentino. Con CONAE como accionista mayoritaria, la empresa ha sido un pilar del desarrollo tecnológico nacional, pero las recientes desvinculaciones, justificadas por el ajuste presupuestario, han desatado críticas por su impacto en proyectos estratégicos como el Tronador II. La comunidad científica, los gremios y sectores de la oposición exigen un replanteo de estas medidas, argumentando que el desmantelamiento de VENG no solo afecta a los trabajadores, sino que compromete el futuro de Argentina como actor relevante en la carrera espacial. En un año electoral marcado por debates sobre el rol del Estado, el destino de VENG y CONAE será un tema clave para definir las prioridades del país en ciencia, tecnología y soberanía.