miércoles 18 de junio de 2025 - Edición Nº226

Nacionales | 17 jun 2025

Argentina

El impacto del traslado de la embajada argentina a Jerusalén en la causa Malvinas

El anuncio del presidente Javier Milei, el 11 de junio de 2025, de trasladar la embajada argentina en Israel de Tel Aviv a Jerusalén Occidental en 2026 ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones en la política exterior argentina, especialmente en relación con el reclamo histórico de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Este artículo analiza cómo esta decisión podría perjudicar la causa Malvinas, considerando el contexto diplomático, el respaldo internacional y las críticas expresadas por expertos, diplomáticos y sectores políticos, basándose en información disponible hasta el 16 de junio de 2025.


El impacto del traslado de la embajada argentina a Jerusalén en la causa Malvinas

Contexto de la decisión y su relevancia internacional

El traslado de la embajada a Jerusalén, anunciado por Milei durante su discurso en la Knéset (Parlamento israelí), alinea a Argentina con un grupo reducido de países —Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Kosovo y Papúa Nueva Guinea— que reconocen Jerusalén como la capital de Israel, rompiendo con el consenso internacional que considera a la ciudad un territorio en disputa. Según la ONU, Jerusalén tiene un estatus especial debido a su importancia religiosa y a la ocupación israelí de Jerusalén Este tras la Guerra de los Seis Días de 1967, que la comunidad internacional no reconoce. Las resoluciones de la ONU, como la 478 de 1980, instan a los países a mantener sus embajadas en Tel Aviv para no legitimar la anexión unilateral de Jerusalén Este por parte de Israel.

Argentina, que mantiene una embajada en Palestina y reconoce su derecho a un Estado en las fronteras de 1967, ha defendido históricamente una postura de equidistancia en el conflicto israelí-palestino. Sin embargo, la decisión de Milei refleja un alineamiento explícito con Israel y Estados Unidos, consolidado por gestos como la firma del Memorándum en Defensa de la Libertad y la Democracia Contra el Terrorismo y el Antisemitismo en 2025, y el voto en contra del reconocimiento del Estado palestino en la ONU en mayo de 2024.

Impacto en la causa Malvinas

La causa Malvinas, entendida como la disputa de soberanía con el Reino Unido, depende en gran medida del respaldo internacional en foros multilaterales como la ONU, particularmente en el Comité Especial de Descolonización (C-24). Argentina ha sostenido desde 1833 que el Reino Unido usurpa las islas, y su estrategia diplomática se basa en resoluciones de la ONU, como la 2065 de 1965, que instan a ambas partes a negociar una solución pacífica. Este reclamo ha contado históricamente con el apoyo de América Latina, el Caribe, los 54 países africanos y numerosos países árabes e islámicos, como Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que votan sistemáticamente a favor de resoluciones que respaldan el diálogo bilateral.

El traslado de la embajada a Jerusalén podría perjudicar este apoyo por varias razones:

  1. Pérdida de respaldo de países árabes e islámicos:

    • Países árabes como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Egipto han sido aliados clave de Argentina en la ONU para el reclamo de Malvinas. Sin embargo, el reconocimiento implícito de Jerusalén como capital de Israel es visto como un respaldo a la ocupación de Jerusalén Este, lo que contradice los intereses palestinos y las resoluciones de la ONU. Fuentes diplomáticas citadas por Clarín y La Política Online indican que embajadores árabes en Buenos Aires han expresado su malestar, y algunos países han paralizado inversiones en Argentina como represalia.

    • En X, usuarios como @CesarALerena y @Agenda_Malvinas
      han advertido que la decisión de Milei podría llevar a que la Liga Árabe retire su apoyo a la causa Malvinas en futuras votaciones de la ONU, debilitando el consenso internacional que Argentina ha construido durante décadas.post:4,6
  2. Paralelismo con la ocupación territorial:

    • La causa Malvinas se basa en el principio de integridad territorial y la oposición a la ocupación colonial, argumentos que Argentina utiliza para denunciar la presencia británica en las islas desde 1833. Expertos y diplomáticos, como el senador Martín Lousteau y el exministro Felipe Solá, han señalado que reconocer Jerusalén como capital de Israel podría interpretarse como una aceptación de la ocupación de territorios en disputa, lo que establecería un precedente negativo para el reclamo argentino. En X,

      @marcelofalak

      afirmó: “Argentina no puede ni debe avalar la ocupación de territorios y su colonización con poblaciones implantadas. Llevar la embajada a Jerusalén perfora la causa Malvinas”.web:2,3
    • Esta percepción podría ser utilizada por el Reino Unido para argumentar que Argentina aplica un doble estándar al respaldar la soberanía israelí sobre Jerusalén mientras reclama la suya sobre las Malvinas.

  3. Aislamiento en foros multilaterales:

    • La decisión de Milei rompe con el consenso de la ONU, donde 128 países votaron en 2017 contra el traslado de embajadas a Jerusalén. Esta postura, combinada con otras decisiones de política exterior como el rechazo a la Agenda 2030 y críticas a organismos internacionales, podría alejar a Argentina de países que históricamente apoyan su reclamo, como los del Caribe, sensibles a temas como el cambio climático y la cooperación internacional. Una fuente diplomática citada por La Política Online advirtió: “Si vos todo el tiempo bloqueas temas de importancia para ellos, no te extrañe que mañana voten contra Malvinas como represalia”.

  4. Tensión con aliados tradicionales:

    • La política de “alineamiento automático” con Israel y Estados Unidos, según Clarín, ha generado fricciones con países árabes y latinoamericanos que apoyan a Palestina. Esto podría reducir el respaldo en el C-24, donde Argentina depende del consenso de regiones como América Latina y África. La decisión también contradice la Ley 14.025 de 1951, que establece que la embajada argentina en Israel debe estar en Tel Aviv, lo que podría generar críticas internas y cuestionamientos legales.

Relación histórica entre Argentina, Israel y Malvinas

El apoyo de Israel a Argentina durante la Guerra de Malvinas de 1982, detallado en el libro Operación Israel de Hernán Dobry, incluyó el suministro de armas por 173 millones de dólares (Mirage IIIC, A-4E Skyhawk, misiles Shafrir, equipos de comunicación) y el envío de técnicos israelíes a las islas para instalar sistemas de encriptación. Sin embargo, Israel nunca ha apoyado el reclamo argentino en la ONU, absteniéndose o votando en contra debido a su alianza con el Reino Unido y Estados Unidos. Esta falta de reciprocidad, señalada en X por@opensas, refuerza las críticas a la decisión de Milei, ya que Israel es un “socio activo” del Reino Unido en la explotación de recursos en las Malvinas, lo que complica aún más la relación.

Reacciones y críticas

  • Diplomáticas: Fuentes diplomáticas citadas por La Política Online y Clarín advierten que el traslado podría “alterar las voluntades” en el C-24 y afectar oportunidades de negocio con países como Arabia Saudita, que han reducido inversiones en Argentina.

  • Políticas: La oposición, incluyendo a Unión por la Patria y radicales como Lousteau, ha cuestionado la decisión. En X,@BiondiniCesar
    señaló que “hacerá que la Causa Malvinas pierda el apoyo diplomático de la Liga Árabe”.

Conclusión

El traslado de la embajada argentina a Jerusalén en 2026, anunciado por Javier Milei, podría perjudicar significativamente el reclamo de soberanía sobre las Malvinas al debilitar el apoyo de países árabes e islámicos en la ONU, establecer un precedente que legitima la ocupación de territorios en disputa y aislar a Argentina en foros multilaterales. La decisión, que rompe con el consenso internacional y la legislación nacional, prioriza el alineamiento con Israel y Estados Unidos en detrimento de aliados tradicionales que han respaldado la causa Malvinas durante décadas. En un contexto de creciente tensión en Medio Oriente y polarización diplomática, esta medida podría reducir el consenso internacional que Argentina necesita para presionar al Reino Unido, afectando un objetivo “permanente e irrenunciable” de su política exterior, según la Constitución Nacional Argentinian.

 


Fuentes:

  • Clarín, La Política Online, Escenario Mundial, Perfil, Página/12, Argentina.gob.ar

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