

Javier Milei y la orden a Luis Petri para evaluar recursos militares argentinos en el conflicto entre Israel e Irán.
Contexto de la orden y antecedentes
El 21 de junio de 2025, Estados Unidos, en coordinación con Israel, llevó a cabo un ataque contra instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán, en una operación denominada "Martillo de Medianoche". Este bombardeo, justificado por la administración de Donald Trump como una medida para contrarrestar supuestas amenazas nucleares de Irán, intensificó las tensiones en Medio Oriente. En este contexto, el presidente Milei expresó un respaldo explícito a la acción militar, calificando a Irán como un “enemigo de Argentina” debido a los atentados contra la Embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994), atribuidos a Hezbollah con presunto respaldo iraní. Durante una entrevista en LN+ el 20 de junio de 2025, Milei afirmó que Israel está “salvando la civilización occidental” y reiteró su compromiso de trasladar la embajada argentina a Jerusalén Occidental en 2026, consolidando su alineamiento con Israel y Estados Unidos.
Según publicaciones en la red social X, el periodista Pablo Duggan informó que Milei instruyó a Petri para que el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas elaborara un informe preliminar, de carácter teórico, sobre los recursos militares argentinos que podrían destinarse a apoyar a Israel en el conflicto con Irán. Aunque no se ha confirmado oficialmente por el gobierno, estas afirmaciones han sido respaldadas por otras fuentes en X, como los usuarios @BiondiniCesar y @Antonio27591643, quienes denunciaron la orden como un acto de “delirio servil” y “traición a la patria”. El informe, según estas fuentes, evaluaría capacidades logísticas, armamento, personal y posibles roles de Argentina en el conflicto, aunque no se especifica si implicaría un involucramiento directo o un apoyo más limitado, como asistencia técnica o logística.
Postura de Milei y Petri
La orden de Milei a Petri se enmarca en su política exterior de alineamiento con Estados Unidos e Israel, un giro radical respecto a la tradición de no alineamiento de Argentina. Desde su asunción en diciembre de 2023, Milei ha promovido una agenda que prioriza relaciones con potencias occidentales, como lo demuestra su solicitud de ingreso como “socio global” de la OTAN en abril de 2024, presentada por Petri en Bruselas. Además, el gobierno ha fortalecido la cooperación militar con Estados Unidos, destacada por la compra de 24 cazas F-16 de segunda mano a Dinamarca por 300 millones de dólares, financiada parcialmente por fondos estadounidenses, en un movimiento que privilegió proveedores occidentales sobre alternativas chinas.
Luis Petri, un exdiputado radical de Mendoza y aliado de Patricia Bullrich, ha sido un actor clave en esta reorientación. En su rol como ministro de Defensa, Petri ha defendido la modernización de las Fuerzas Armadas y su alineamiento con estándares de la OTAN, argumentando que estas medidas fortalecen la soberanía y la seguridad nacional. En una publicación en X, Milei elogió la gestión de Petri, afirmando que su programa de reequipamiento militar es “el más grande de los últimos 50 años” y que Argentina se posiciona como la “23° potencia militar mundial”. Sin embargo, ni Petri ni Milei han emitido declaraciones oficiales confirmando o desmintiendo la orden de elaborar el informe sobre el conflicto en Medio Oriente, lo que ha alimentado especulaciones y críticas.
Reacciones y críticas
La noticia de la orden de Milei a Petri ha generado un rechazo contundente en diversos sectores. En X, usuarios como @daniqui72 y @ariel_pere15697 calificaron la decisión como “traición a la patria” y un intento de involucrar a Argentina en “una guerra que no es nuestra”, destacando la tradición de neutralidad del país. La oposición, liderada por Unión por la Patria, ha exigido interpelaciones en el Congreso y un freno institucional, argumentando que cualquier involucramiento en un conflicto bélico requiere la aprobación legislativa, según la Constitución Nacional. El diputado Eduardo Toniolli, quien ya presentó un pedido de juicio político contra Milei por su respaldo al ataque estadounidense, señaló que esta nueva orden agrava la situación, exponiendo a Argentina a riesgos de represalias internacionales.
Organizaciones de derechos humanos y movimientos sociales también han expresado preocupación, recordando que la participación de Argentina en conflictos externos, como el envío de fragatas a la Guerra del Golfo bajo el gobierno de Carlos Menem, estuvo vinculada a los atentados de 1992 y 1994. Además, la falta de claridad sobre el alcance del informe militar ha generado temores de que Argentina pueda ser utilizada como un peón en la estrategia geopolítica de Estados Unidos e Israel, comprometiendo su seguridad y soberanía.
Por otro lado, sectores cercanos al gobierno, como el embajador israelí Eyal Sela, han elogiado la postura de Milei, considerándola una señal de que Argentina está “del lado correcto de la historia”. Algunos aliados libertarios, como la diputada Sabrina Ajmechet, han defendido la posibilidad de un rol más activo en el conflicto, argumentando que el terrorismo iraní representa una amenaza global. Sin embargo, estas voces son minoritarias frente al rechazo generalizado en la opinión pública.
Capacidades militares argentinas y viabilidad
El informe ordenado por Milei a Petri tendría como objetivo evaluar los recursos militares disponibles, pero las capacidades actuales de las Fuerzas Armadas argentinas son limitadas. Desde el fin de la dictadura militar en 1983, los presupuestos de defensa han sido reducidos significativamente, y la falta de inversión ha dejado al país con equipamiento obsoleto y una capacidad operativa restringida. La compra de los F-16 en 2024 fue un paso hacia la modernización, pero estos aviones, con casi 40 años de antigüedad, no representan una capacidad significativa para un conflicto de alta intensidad como el de Medio Oriente.
Argentina cuenta con aproximadamente 70.000 efectivos en sus Fuerzas Armadas, pero la falta de entrenamiento avanzado, armamento moderno y recursos logísticos limita su proyección internacional. Además, la experiencia de la Guerra de Malvinas (1982) dejó lecciones sobre los riesgos de involucrarse en conflictos sin una preparación adecuada. Analistas militares, citados por La Política Online, consideran “altamente arriesgada” cualquier participación directa en el conflicto, especialmente considerando la oposición interna y la falta de consenso en el Congreso.
Implicaciones geopolíticas y domésticas
La orden de Milei a Petri tiene implicaciones tanto a nivel internacional como interno:
Tensión interna: La polarización política se ha intensificado con esta decisión. La oposición ha convocado a movilizaciones y exige que el Congreso intervenga para frenar lo que consideran una política exterior “servil” a Estados Unidos. La falta de transparencia sobre el informe militar alimenta la desconfianza en el gobierno.
Conclusión
La orden de Javier Milei a Luis Petri para evaluar los recursos militares argentinos en el contexto del conflicto entre Israel e Irán representa un paso audaz y controvertido que desafía la tradición de neutralidad de Argentina. Aunque la información proviene principalmente de publicaciones en X y no ha sido confirmada oficialmente, el contexto de alineamiento de Milei con Estados Unidos e Israel sugiere que la orden es plausible. Sin embargo, las limitaciones de las Fuerzas Armadas, la oposición política y el rechazo social hacen improbable una participación significativa en el conflicto. Esta decisión, sumada al silencio de Petri sobre la crisis del IOSFA, pone de manifiesto las tensiones entre las prioridades internacionales y domésticas del gobierno libertario. Las próximas semanas serán clave para determinar si esta orden se traduce en acciones concretas o queda en un gesto simbólico, pero sus repercusiones ya están marcando el debate político en Argentina.
Fuentes:
La Política Online, 23 de junio de 2025
CSIS, 29 de abril de 2025