

Análisis de la declaración de medios iraníes sobre derrotar a Israel y EE. UU.
Contexto de la declaración
Ataques aéreos contra Irán:
Operación Midnight Hammer (EE. UU.): El 21 de junio de 2025, EE. UU. lanzó ataques aéreos contra tres instalaciones nucleares iraníes (Fordow, Natanz e Isfahan) utilizando 14 bombas GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator (MOP) desplegadas por bombarderos B-2 Spirit y misiles crucero Tomahawk desde un submarino. El objetivo principal fue Fordow, una instalación de enriquecimiento de uranio enterrada a 80-90 metros bajo una montaña, donde se lanzaron 12 bombas para dañar pozos de ventilación y equipos críticos.
Operación Rising Lion (Israel): Entre el 13 y el 21 de junio de 2025, Israel atacó instalaciones militares iraníes, debilitando las defensas aéreas de Irán, lo que facilitó la operación estadounidense. Estos ataques se centraron en sistemas de defensa aérea y sitios estratégicos, preparando el terreno para los bombardeos de EE. UU.
El General Dan “Razin” Caine, Presidente del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., afirmó el 26 de junio que las bombas en Fordow “funcionaron según lo diseñado”, causando “daño severo” por sobrepresión y explosión, aunque la evaluación final de daños sigue pendiente.
Respuesta iraní:
Irán minimizó el impacto de los ataques, afirmando que no se detectaron niveles elevados de radiación fuera de los sitios y que las reservas de uranio enriquecido habían sido retiradas de Fordow antes del bombardeo.
En represalia, Irán lanzó misiles contra Israel el 22 de junio y atacó la base aérea estadounidense de Al Udeid en Qatar el 23 de junio. Además, el parlamento iraní aprobó cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde pasa más del 20% del petróleo mundial, lo que intensificó las tensiones regionales.
Narrativa de propaganda:
La afirmación recuerda una declaración anterior del líder supremo iraní, Ali Jamenei, en febrero de 2025, tras una reunión con Khalil al-Hayya de Hamás, donde afirmó que Hamás había “derrotado al régimen sionista (Israel), lo que de hecho fue también la derrota de EE. UU.”
Esta narrativa se alinea con la retórica de Irán de proyectar fortaleza frente a adversarios externos, especialmente tras los ataques aéreos que dañaron su programa nuclear. La Operación Promesa Verdadera de abril de 2024, un ataque iraní contra Israel apoyado solo por proxies como Hezbollah, también fue presentada como un éxito por medios iraníes, a pesar de que Israel, con apoyo de EE. UU., Reino Unido, Francia y Jordania, interceptó la mayoría de los proyectiles.
Evaluación de la veracidad
Falta de evidencia de una “derrota”:
No hay pruebas verificables que sustenten la afirmación de que Irán derrotó a Israel y EE. UU. Los ataques aéreos de ambos países lograron sus objetivos tácticos: Israel debilitó las defensas aéreas iraníes, y EE. UU. causó daños significativos en Fordow y otras instalaciones, según el General Caine y evaluaciones iniciales de inteligencia.
Las represalias iraníes, como los ataques con misiles a Israel y Al Udeid, fueron limitadas en impacto. No hay reportes creíbles de daños significativos en estos objetivos, y el cierre del Estrecho de Ormuz, aunque disruptivo, es una medida económica y no una victoria militar directa.
Imágenes satelitales de Maxar Technologies (22 de junio de 2025) muestran daños en las entradas de los túneles de Fordow, pero no confirman la destrucción total del programa nuclear iraní, lo que contradice las afirmaciones de Trump de que las instalaciones fueron “completamente obliteradas”. Sin embargo, tampoco respaldan la narrativa iraní de una derrota de sus adversarios.
Contexto de propaganda:
La declaración de los medios iraníes parece ser una operación de propaganda destinada a reforzar el apoyo interno y proyectar resiliencia frente a las pérdidas sufridas. Irán enfrenta presión interna tras los ataques, con críticas al régimen por su incapacidad para proteger instalaciones clave. La narrativa de una “victoria” busca contrarrestar esta percepción.
La afirmación se asemeja a la retórica empleada tras la Operación Promesa Verdadera, donde Irán exageró el impacto de su ataque contra Israel para proyectar poder, a pesar de que la mayoría de los misiles y drones fueron interceptados.
Análisis de expertos:
Expertos como Darya Dolzikova del RUSI señalan que el daño en Fordow, aunque severo, no destruyó completamente el programa nuclear iraní, que podría reconstruirse en 3 a 8 meses. Esto sugiere que Irán no sufrió una derrota total, pero tampoco logró una victoria militar significativa contra EE. UU. o Israel.
Ryan Brobst de la Foundation for Defense of Democracies destaca que la profundidad de Fordow (80-90 metros) limita la eficacia de la GBU-57 MOP, pero el uso de múltiples bombas probablemente dañó equipos críticos, debilitando temporalmente el programa nuclear iraní.
Implicaciones estratégicas
Propaganda y moral interna:
La narrativa iraní busca mantener la moral de la población y los aliados del “Eje de la Resistencia” (Hezbollah, Hamás, hutíes) tras los ataques aéreos. Al presentar las represalias como una “derrota” de Israel y EE. UU., Irán intenta consolidar su liderazgo regional y contrarrestar la percepción de debilidad.
Esta retórica también puede estar dirigida a aliados como Rusia, que ha intensificado su cooperación con Irán en tecnología de drones y misiles, según informes recientes. La afirmación de una victoria conjunta fortalece la narrativa de un frente antioccidental.
Escalada regional:
La declaración y las represalias iraníes (ataques a Israel y Al Udeid, amenaza de cerrar el Estrecho de Ormuz) aumentan el riesgo de un conflicto más amplio. El presidente iraní Masoud Pezeshkian advirtió que EE. UU. “recibirá una respuesta”, lo que sugiere posibles acciones adicionales, como ciberataques o ataques por proxies.
La cooperación con Rusia, incluyendo la transferencia de tecnología de drones y posible apoyo en el programa nuclear, podría intensificar las tensiones con EE. UU. e Israel, especialmente tras las acusaciones de que especialistas rusos están trabajando en instalaciones nucleares iraníes.
Conexión con la dinámica global:
La narrativa iraní se produce en un contexto de tensiones globales, como las acusaciones de medios indios sobre un ICBM paquistaní y la advertencia de Elvira Nabiullina sobre el agotamiento de recursos rusos. La afirmación de una “victoria” contra EE. UU. e Israel podría ser un intento de proyectar fortaleza en un momento de vulnerabilidad para sus aliados, como Rusia, que enfrenta limitaciones económicas.
La mención de una derrota conjunta también podría estar dirigida a desafiar la percepción de la superioridad militar de EE. UU., especialmente tras la Operación Midnight Hammer, que demostró la capacidad de los B-2 Spirit y la GBU-57 MOP para atacar objetivos fortificados.
Evaluación crítica
Veracidad de la afirmación:
La declaración de los medios iraníes es exagerada y carece de sustento fáctico. No hay evidencia de que Irán haya derrotado militarmente a Israel o EE. UU. Los ataques aéreos de ambos países lograron sus objetivos tácticos, mientras que las represalias iraníes fueron limitadas y no causaron daños significativos, según fuentes disponibles.
La narrativa refleja una estrategia de propaganda común en Irán, como se vio en la Operación Promesa Verdadera de 2024, donde se exageró el impacto de un ataque fallido contra Israel.
Motivaciones de la narrativa:
La afirmación busca reforzar la imagen de Irán como un actor regional poderoso frente a sus ciudadanos y aliados, especialmente tras los daños sufridos en Fordow y otras instalaciones. También podría ser un intento de disuadir a EE. UU. e Israel de nuevos ataques al proyectar resiliencia.
La referencia a una “derrota conjunta” aprovecha el sentimiento antioccidental en la región y entre aliados como Rusia, China y grupos como Hezbollah, fortaleciendo la cohesión del “Eje de la Resistencia”.
Riesgos de la retórica:
La narrativa podría exacerbar las tensiones regionales, especialmente si Irán intensifica sus represalias, como cerrar el Estrecho de Ormuz, lo que afectaría los mercados energéticos globales.
La colaboración con Rusia en tecnología militar, como drones avanzados, podría complicar las relaciones con EE. UU. y sus aliados, especialmente en el contexto de las negociaciones comerciales UE-EE. UU. y las acusaciones sobre el programa de misiles de Pakistán.
Conclusión
La afirmación de los medios iraníes de que Irán “derrotó a Israel y Estados Unidos juntos” es una pieza de propaganda diseñada para proyectar fortaleza tras los ataques aéreos de la Operación Midnight Hammer y Rising Lion, que dañaron significativamente el programa nuclear iraní. Aunque Irán respondió con ataques limitados contra Israel y una base estadounidense, no hay evidencia de una “derrota” militar de sus adversarios. La narrativa busca reforzar la moral interna, consolidar el apoyo de aliados como Rusia y el “Eje de la Resistencia”, y disuadir nuevos ataques. Sin embargo, la falta de pruebas concretas y el contexto de los daños sufridos por Irán sugieren que la afirmación es más retórica que factual. En un escenario de tensiones globales, incluyendo la cooperación Rusia-Irán y la campaña mediática india contra Pakistán, esta declaración intensifica el riesgo de escalada regional y subraya la importancia de un monitoreo cuidadoso de las dinámicas en Oriente Medio.
Fuentes:
The New York Times, 25 de junio de 2025
The Washington Post, 26 de junio de 2025
AP News, 25 de junio de 2025
CSIS, 11 de junio de 2024
Reuters, 16 de junio de 2025
Publicaciones en X, 25-26 de junio de 2025