

¿Cómo las críticas de Milei a Kicillof por el fallo de YPF podrían lesionar la soberanía energética de Argentina?
1. Validación implícita de la narrativa de los fondos buitres
La expropiación de YPF en 2012, liderada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con Kicillof como viceministro de Economía, fue presentada como un acto de soberanía para recuperar el control de un recurso estratégico tras años de desinversión por parte de Repsol. El fallo de Preska sostiene que Argentina incumplió el estatuto de YPF al no realizar una oferta pública de adquisición (OPA) a todos los accionistas, lo que afectó a los demandantes (Burford Capital y Eton Park). En lugar de cuestionar la legitimidad de la sentencia o el rol de los fondos especulativos, Milei centró su discurso en atacar a Kicillof, acusándolo de ser el responsable de un “desastre económico” que llevó al país a esta situación.
Esta estrategia, según publicaciones en X y comentarios de opositores como Cristina Kirchner, valida implícitamente la narrativa de los fondos buitres al aceptar que la expropiación fue mal ejecutada, sin desafiar la jurisdicción de una corte extranjera sobre un asunto de soberanía nacional. Al priorizar la confrontación política interna, Milei proyecta una imagen de división que podría ser aprovechada por los demandantes para presionar por una negociación desfavorable, debilitando la defensa de Argentina en la apelación del fallo. Como señaló un usuario en X, “Milei no defiende YPF, ataca a Kicillof y le hace el juego a los buitres”, lo que refuerza la percepción de que su enfoque compromete la soberanía energética.
2. Amenaza directa al control estatal de YPF
YPF, con su 51% de acciones en manos del Estado, es un pilar de la soberanía energética de Argentina, especialmente por su rol en la explotación de Vaca Muerta, una de las mayores reservas de shale gas y petróleo del mundo. El fallo de Preska, que ordena transferir estas acciones a fondos extranjeros en un plazo de 14 días, representa una amenaza directa al control estatal de la petrolera, lo que podría ceder su gestión a intereses especulativos que prioricen el lucro sobre el desarrollo energético nacional.
Milei, en lugar de enfatizar la defensa de YPF como un activo estratégico, limitó su respuesta a anunciar una apelación “en todas las instancias que corresponda” mientras atacaba a Kicillof. Esta falta de un discurso claro en defensa de la soberanía energética ha generado críticas de sectores peronistas y nacionalistas, quienes argumentan que Milei no está priorizando la protección de YPF. Cristina Kirchner, desde su prisión domiciliaria, defendió en X la expropiación como una “decisión soberana” y acusó a Milei de “entregar el patrimonio nacional” al no cuestionar el fallo con suficiente contundencia. La ausencia de una postura unificada podría facilitar que los fondos buitres presionen para ejecutar la sentencia, comprometiendo el control estatal de YPF y, con ello, la soberanía energética.
3. Polarización política en un momento crítico
La retórica agresiva de Milei, con insultos directos a Kicillof, se enmarca en un contexto electoral rumbo a las legislativas de septiembre de 2025. Al culpar al gobernador bonaerense, Milei busca capitalizar el fallo para polarizar con el peronismo y movilizar a su base libertaria, presentándose como el defensor de los “intereses nacionales” frente al “desastre kirchnerista”. Sin embargo, esta estrategia es vista como perjudicial para la soberanía, ya que distrae al gobierno de la necesidad de articular una defensa legal y diplomática sólida contra el fallo.
La división interna que proyecta Milei al atacar a Kicillof podría debilitar la posición de Argentina en las negociaciones internacionales, ya que los fondos buitres podrían percibir una falta de cohesión para resistir la sentencia. Como señaló El Argentino Diario, “Milei usa el fallo de YPF para hacer campaña, pero no propone cómo salvar a la petrolera”. Esta polarización, en lugar de unir a los sectores políticos en defensa de un activo nacional, podría facilitar la ejecución del fallo, lesionando la capacidad de Argentina para mantener el control de YPF.
4. Falta de cuestionamiento a la jurisdicción extranjera
El fallo de Preska, que incluye una segunda sentencia exigiendo acciones de YPF por una deuda soberana impaga al fondo Bainbridge, plantea un precedente peligroso: una corte extranjera dictaminando sobre un activo estratégico de Argentina. Milei no ha cuestionado explícitamente la jurisdicción de la corte estadounidense ni el papel de los fondos especulativos, lo que contrasta con la postura de gobiernos anteriores que denunciaron a los “fondos buitres” como actores que buscan desestabilizar economías emergentes. En cambio, su foco en Kicillof sugiere una aceptación tácita de la validez del proceso judicial, lo que podría interpretarse como una renuncia a defender la soberanía nacional frente a intereses extranjeros.
Publicaciones en X han acusado a Milei de ser un “cipayo” por no confrontar directamente a los fondos buitres y por centrarse en un enemigo interno. Esta omisión es particularmente grave en un contexto donde Argentina enfrenta limitaciones económicas, con reservas internacionales de apenas USD 21.700 millones (según datos del Banco Central al 30 de junio de 2025), lo que dificulta pagar la condena o negociar sin ceder activos clave como YPF.
5. Antecedentes de Milei en el caso YPF
Milei ha mantenido una postura crítica hacia la expropiación de YPF desde su campaña presidencial. En mayo de 2024, desde España, propuso una “tasa Kicillof” para cubrir los USD 16.000 millones del juicio, acusando al gobernador de ser responsable del “desastre económico”. Esta narrativa, aunque efectiva para su base libertaria, ignora el contexto de la expropiación de 2012, que fue ampliamente apoyada como un acto de soberanía para revertir la privatización de los años 90 y garantizar el autoabastecimiento energético. Al insistir en culpar al kirchnerismo sin defender el control estatal de YPF, Milei refuerza la percepción de que su gobierno no prioriza la soberanía energética, lo que podría facilitar la ejecución del fallo.
Conexión con el contexto político
La postura de Milei se da en un momento de tensiones internas en su gobierno, como las presiones sobre el ministro de Defensa, Luis Petri, por el escándalo de las declaraciones de Cristina Pérez sobre coimas en el entorno presidencial. Algunos analistas sugieren que Milei está utilizando el caso YPF para desviar la atención de estas controversias y consolidar su imagen de confrontación con el peronismo. Sin embargo, esta estrategia podría tener un costo elevado si resulta en una menor capacidad para defender YPF, ya que la pérdida de control estatal de la petrolera afectaría no solo la soberanía energética, sino también la economía, dado el rol de YPF en la generación de divisas a través de Vaca Muerta.
Análisis Crítico
La postura de Milei es vista como una lesión a la soberanía energética porque prioriza la confrontación política sobre la defensa de un activo estratégico. Al culpar exclusivamente a Kicillof, Milei no solo valida la narrativa de los fondos buitres, sino que también proyecta una imagen de división interna que debilita la apelación del fallo. Además, su falta de cuestionamiento a la jurisdicción extranjera y al rol de los fondos especulativos contrasta con la retórica nacionalista que podría esperarse de un presidente en defensa de YPF. Aunque la expropiación de 2012 tuvo fallos legales, como no realizar una OPA, culpar únicamente al kirchnerismo ignora el contexto político y económico de la época, que justificó la reestatización como un acto de soberanía.
Por otro lado, hay que reconocer que Milei enfrenta un desafío complejo: Argentina no tiene los recursos para pagar la condena de USD 16.100 millones, y una apelación exitosa requerirá una estrategia legal sólida que trascienda la retórica electoral. Su enfoque confrontacional podría estar motivado por la necesidad de mantener cohesionada su base en un año electoral, pero arriesga alienar a sectores que ven en YPF un símbolo de soberanía nacional.
Conclusión
Las críticas de Javier Milei a Axel Kicillof por el fallo de YPF lesionan la soberanía energética de Argentina al desviar el foco de la defensa de un activo estratégico hacia una confrontación política interna. Al validar implícitamente la narrativa de los fondos buitres, no cuestionar la jurisdicción extranjera y priorizar la polarización electoral, Milei debilita la posición del país en la apelación del fallo y pone en riesgo el control estatal de YPF, un pilar clave para la economía y la soberanía energética. En un contexto de limitaciones económicas y tensiones internas, como las que afectan al ministro Petri, Milei debería articular una defensa unificada de YPF para proteger los intereses nacionales, en lugar de alimentar una narrativa que podría facilitar la ejecución de una sentencia perjudicial para Argentina.