sábado 05 de julio de 2025 - Edición Nº243

Nacionales | 2 jul 2025

El bajo presupuesto de Argentina

Comparación de los presupuestos de defensa en América Latina

El gasto militar en América Latina refleja una diversidad de prioridades, capacidades económicas y contextos estratégicos entre los países de la región. Mientras algunos destinan recursos significativos a la defensa para fortalecer sus capacidades operativas, otros, como Argentina, enfrentan una situación de subfinanciamiento crónico que limita severamente su capacidad militar. A continuación, se presenta un análisis comparativo de los presupuestos de defensa en América Latina, con énfasis en el caso argentino, basado en datos recientes y fuentes confiables.Panorama del gasto militar en América Latina.


Comparación de los presupuestos de defensa en América Latina: El caso del bajo presupuesto de las Fuerzas Armadas argentinas ,

 Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en 2023 el gasto militar global alcanzó los 2,43 billones de dólares, pero América Latina y el Caribe representaron una fracción menor de este total, con un enfoque general en priorizar sectores como salud, educación y asistencia social debido a restricciones fiscales. Sin embargo, dentro de la región, hay diferencias marcadas en la asignación de recursos para defensa.

  • Brasil: Es el líder indiscutido en gasto militar en América Latina, con un presupuesto de más de 22.000 millones de dólares en 2023, lo que representa aproximadamente el 43,1% del gasto militar total de la región. Este nivel de inversión refleja su posición como potencia regional, con un enfoque en modernización tecnológica y proyección estratégica. Brasil destina cerca del 1,5% de su PIB a defensa, con un gasto per cápita de 51,55 dólares.

     

     

  • México: En segundo lugar, México invirtió cerca de 10.000 millones de dólares en 2023, equivalente al 13,5% del gasto regional. Su presupuesto militar, que representa alrededor del 0,7% del PIB, se centra en seguridad interna, combate al narcotráfico y mantenimiento de capacidades operativas.

     

     

  • Colombia: Con un gasto de aproximadamente 8.000 millones de dólares (11,9% del total regional), Colombia destaca por destinar el 3,36% de su PIB a defensa, el porcentaje más alto de América del Sur. Este enfoque responde a necesidades de seguridad interna, conflictos históricos y modernización militar.

     

     

  • Chile: Chile invierte alrededor del 1,3% de su PIB en defensa, con un gasto per cápita de 90,98 dólares, uno de los más altos de la región. Su presupuesto, que asciende a unos 4.000 millones de dólares, se destina a mantener una fuerza armada moderna y bien equipada, con énfasis en capacidades navales y aéreas.

     

     

  • Uruguay: Aunque es un país más pequeño, Uruguay destaca por su gasto militar per cápita (360,95 dólares en 2022) y un 2,26% del PIB destinado a defensa, lo que refleja un esfuerzo significativo en relación con su economía.
  • Ecuador: Con un 2,22% del PIB destinado a defensa, Ecuador invierte en capacidades militares para enfrentar desafíos de seguridad interna y fronteriza, con un presupuesto que supera proporcionalmente al de Argentina.

     

  • Argentina: En contraste, Argentina destinó en 2023 solo 2.859,2 millones de dólares a defensa, equivalente al 0,47% de su PIB, el porcentaje más bajo de la región y un récord histórico negativo. Este nivel de subfinanciamiento coloca a Argentina detrás de países con economías más pequeñas, como Paraguay y Guyana, en términos de esfuerzo relativo.

     

El caso crítico de ArgentinaEl presupuesto de defensa de Argentina ha experimentado una disminución constante en términos reales durante décadas, pasando del 4,7% del PIB en la década de 1970 al 0,47% en 2023. Esta tendencia ha generado una pérdida significativa de capacidades operativas, dejando a las Fuerzas Armadas argentinas en una situación de obsolescencia y limitada operatividad.

 

 

Detalles del presupuesto argentino

  • 2023: El presupuesto asignado fue de 2.859,2 millones de dólares, una caída significativa respecto a los 3.000 millones de 2017. En términos reales, ajustados por inflación, el presupuesto de 2021 fue casi la mitad del de 2017.

     

     

  • 2024: La asignación total para la Jurisdicción Defensa fue de 1,68 billones de pesos (aproximadamente 2.017 millones de dólares), una reducción en términos reales debido a la inflación del 211% y la devaluación del peso. El Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), creado para financiar reequipamiento, recibió solo 26,89 millones de dólares, muy por debajo del 0,8% de los ingresos corrientes que establece la ley.

     

     

  • 2025 (proyecto): El proyecto de presupuesto presentado por el gobierno de Javier Milei propone un gasto de 2.811,882 millones de pesos (unos 2.200 millones de dólares), equivalente al 0,31% del PIB. A pesar de un aumento nominal del 18%, este monto no compensa la inflación acumulada, perpetuando la tendencia de subfinanciamiento. Se asignan 71.304 millones de pesos al FONDEF, pero la falta de reglamentación limita su impacto.

     

     

Impacto en las Fuerzas Armadas argentinas El bajo presupuesto ha tenido consecuencias graves:

  • Obsolescencia del equipamiento: Según publicaciones especializadas, el inventario militar argentino es cada vez más obsoleto, con sistemas terrestres, marítimos y aéreos que no reciben mantenimiento adecuado debido a la falta de fondos.

     

  • Limitaciones operativas: En 2023, el Ejército planificó solo 3 días de adiestramiento en campaña, la Armada 60 días de navegación y la Fuerza Aérea 40.160 horas de vuelo. Aunque el proyecto para 2025 aumenta estas metas (11 días de campaña para el Ejército, 480 días de navegación para la Armada y 143.316 horas de vuelo para la Fuerza Aérea), estas cifras siguen siendo insuficientes para recuperar capacidades perdidas.

     

     

  • Falta de personal y recursos: Argentina tiene uno de los porcentajes más bajos de población en las Fuerzas Armadas (0,19%), solo superado por Brasil (0,16%). El gasto por efectivo es de 21.118 dólares anuales, pero la falta de insumos básicos, problemas edilicios y salarios no competitivos agravan la situación.

     

     

Iniciativas recientesBajo el gobierno de Javier Milei, se ha mostrado un interés renovado en las Fuerzas Armadas, con proyectos como la compra de 24 cazas F-16 a Dinamarca, negociaciones para adquirir submarinos clase Scorpène y planes para modernizar instalaciones militares. Sin embargo, estas iniciativas dependen en gran medida de créditos externos, ya que el presupuesto nacional no cubre las necesidades de reequipamiento.

 

 

Comparación regional y desafíos estratégicos En comparación con sus vecinos, Argentina se encuentra en una posición de desventaja estratégica:

  • Brasil y Chile lideran en inversión per cápita y modernización, con fuerzas armadas bien equipadas y operativas.
  • Colombia y Ecuador priorizan la seguridad interna y la disuasión, destinando porcentajes significativos de su PIB.
  • Argentina, con un presupuesto que representa menos del 5% del gasto militar regional, enfrenta dificultades para cumplir incluso con misiones secundarias, como el control de espacios marítimos o la participación en misiones de paz.

     

     

La región en general mantiene un gasto militar bajo en términos globales (1,83% del PIB promedio en América del Sur), pero Argentina está significativamente por debajo de este promedio, lo que limita su capacidad de respuesta ante amenazas externas o internas. La falta de una política sostenida de inversión en defensa, combinada con crisis económicas recurrentes, ha llevado a un deterioro institucional que expertos consideran "peligroso" en un contexto de creciente inestabilidad regional.

 

 

Conclusión

El presupuesto de defensa de Argentina, el más bajo de América Latina en relación con su PIB, refleja una combinación de restricciones económicas, prioridades políticas divergentes y una falta de consenso sobre el rol de las Fuerzas Armadas. Mientras países como Brasil, México, Colombia, Chile y Uruguay destinan recursos significativos para mantener capacidades militares modernas, Argentina enfrenta un escenario de obsolescencia y limitaciones operativas. Aunque el gobierno actual muestra intenciones de revertir esta tendencia mediante adquisiciones y un aumento nominal del presupuesto para 2025, la dependencia de créditos externos y la falta de fondos suficientes sugieren que la recuperación será un proceso lento. Para que Argentina recupere su capacidad de defensa, será crucial no solo aumentar el presupuesto, sino también implementar una estrategia de largo plazo que priorice la modernización y la sostenibilidad de sus Fuerzas Armadas.

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