

🇺🇸☢️ America's doomsday plane, the E-4B Nightwatch, is built to survive nuclear war🔥
— Defense Intelligence (@DI313_) July 10, 2025
It can stay airborne for days, acting as a flying Pentagon for top military command.
Shielded against electromagnetic pulses (EMP), it can operate even after a nuclear blast.
Equipped with… pic.twitter.com/iEyM5Waoyp
El Avión Apocalíptico Estadounidense: El E-4B Nightwatch,
Este avión, basado en el icónico Boeing 747-200 pero profundamente modificado, actúa como un Pentágono móvil, garantizando la continuidad del mando y control incluso si las infraestructuras terrestres son destruidas. Con capacidad para permanecer en el aire durante días gracias a su sistema de reabastecimiento de combustible en vuelo, el E-4B está equipado con tecnología avanzada que lo protege contra pulsos electromagnéticos (PEM), un efecto devastador de las explosiones nucleares que puede inutilizar equipos electrónicos.
Esta blindaje especial, combinado con escudos térmicos y nucleares, permite que el avión opere tras un ataque, manteniendo intactas sus comunicaciones satelitales y sistemas de comando. Su diseño incluye más de 67 antenas y platos satelitales, lo que asegura una conexión global ininterrumpida con las fuerzas nucleares estadounidenses.
El interior del E-4B es un centro de operaciones móvil, con espacio para hasta 112 personas, incluyendo personal militar, analistas y, en caso necesario, al propio presidente de Estados Unidos. Dividido en seis áreas funcionales —desde salas de comando hasta zonas de descanso—, el avión está preparado para coordinar respuestas estratégicas desde las alturas. Su resistencia le permite volar hasta 12 horas sin repostar, extendiendo esta capacidad a una semana completa con apoyo de tanqueros aéreos como el KC-135.
Siempre en alerta, al menos uno de los cuatro E-4B de la flota está listo para despegar en cualquier momento desde la Base de la Fuerza Aérea de Offutt, Nebraska. Esta constante preparación lo convierte en la última línea de defensa del mando estadounidense, un símbolo de resiliencia en tiempos de crisis. Aunque su uso rutinario incluye transportar al Secretario de Defensa en viajes internacionales, su verdadera misión brilla en escenarios apocalípticos, donde podría dirigir al país desde el cielo.