

Aunque no se han detallado las razones específicas en comunicados oficiales recientes, la decisión podría estar influenciada por el cierre de la embajada australiana en Teherán a mediados de junio, tras un aumento de la violencia, y la llegada de tanqueros de reabastecimiento aéreo estadounidenses a Qatar, según posts en redes sociales. Esto sugiere una posible escalada militar que podría involucrar a Irán, aunque la información debe tomarse con cautela debido a la falta de confirmación oficial y la posibilidad de desinformación.
El gobierno australiano ha estado trabajando en evacuaciones limitadas, como el uso de buses para trasladar ciudadanos desde Israel a Jordania, pero la situación en Irán parece más compleja debido a las restricciones de movilidad y la ausencia de una presencia consular activa. Críticas han surgido desde la comunidad australiana-iraniense, que reclama mayor apoyo, mientras otros ven esta medida como un intento de distanciarse de un conflicto que Australia prefiere evitar, cuestionando si refleja un abandono de responsabilidades o una respuesta pragmática a una crisis impredecible. Sin datos concretos sobre la cantidad de ciudadanos afectados o un plan detallado, la narrativa oficial y las motivaciones reales permanecen abiertas a interpretación.