viernes 25 de julio de 2025 - Edición Nº263

Nacionales | 24 jul 2025

Lamelas...

Declaraciones de Peter Lamelas: Una Afrenta a la Soberanía Argentina

Las recientes declaraciones de Peter Lamelas, candidato de Donald Trump a embajador de Estados Unidos en Argentina, han desatado una ola de indignación en el ámbito político y social del país. Sus afirmaciones, vertidas ante el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso estadounidense durante su audiencia de nominación, constituyen una flagrante violación a la soberanía nacional y una intromisión inadmisible en los asuntos internos de Argentina. Este tipo de intervencionismo, que trasciende los límites diplomáticos establecidos por la Convención de Viena, merece un repudio unánime y la consideración de Lamelas como persona no grata.


Declaraciones de Peter Lamelas: Una Afrenta a la Soberanía Argentina

Lamelas no solo expresó su respaldo al presidente Javier Milei, sino que se aventuró a prometer acciones como "eliminar la corrupción" y "recorrer las provincias para dialogar y evitar maniobras fraudulentas en posibles negocios con China". Estas palabras, lejos de reflejar un enfoque diplomático respetuoso, sugieren una pretensión de tutelaje sobre las políticas internas argentinas, ignorando el principio de no intervención y el sistema federal que rige nuestra nación. Sugerir que un diplomático extranjero se erija como denunciante, fiscal y juez de los procesos judiciales nacionales —incluyendo referencias implícitas a casos como el de la AMIA o la situación de Cristina Fernández de Kirchner— es una ofensa directa a la autonomía de nuestras instituciones y a la voluntad popular expresada en las urnas.El rechazo a estas declaraciones no es un capricho aislado, sino una defensa de principios fundamentales. La soberanía argentina, consagrada en su Constitución y respaldada por décadas de lucha por la autodeterminación, no puede ser subordinada a los designios de una potencia extranjera. Las provincias, como entes autónomos, tienen el derecho de establecer vínculos comerciales e internacionales sin la supervisión de un embajador que parece dispuesto a "redefinir alianzas" y "controlar recursos naturales", como han denunciado voces diversas en el espectro político.

Esta actitud evoca ecos de colonialismo moderno, un intento de imponer agendas externas que desprecian la historia y la identidad nacional.La reacción no se ha hecho esperar. Sectores políticos, desde el peronismo hasta especialistas diplomáticos, han calificado las palabras de Lamelas como una afrenta intolerable. La propuesta de declarar a este candidato como persona no grata, impulsada por legisladores de Unión por la Patria, refleja un consenso emergente sobre la necesidad de proteger la integridad de Argentina frente a injerencias. Esta medida, que instaría al Poder Ejecutivo a comunicarla formalmente a Estados Unidos, no solo sería un acto de dignidad, sino también una señal clara de que nuestro país no aceptará tutelajes disfrazados de diplomacia.

El silencio del gobierno nacional ante estas declaraciones resulta preocupante y elocuente. Si Argentina aspira a ser un actor soberano en el escenario internacional, no puede tolerar que un representante extranjero condicione su política interna o cuestione su sistema judicial y federal. Lamelas, con su discurso, ha cruzado una línea roja que compromete la esencia de la nación. Rechazar sus intenciones y considerarlo persona no grata no es solo un derecho, sino una obligación para quienes defienden la independencia y la autodeterminación del pueblo argentino. Es hora de que el país alce su voz y reclame el respeto que merece.

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