

A las 09:25 AM del miércoles 6 de agosto de 2025, se han reportado movimientos significativos en el ámbito militar entre Bangladesh y Pakistán, con el ejército de Bangladesh solicitando una cantidad considerable de municiones de artillería y materias primas para proyectiles a la Pakistan Ordnance Factories (POF). Esta solicitud, que ha generado especulaciones en medios y redes sociales, incluye una amplia gama de suministros, como 40,000 obuses de artillería, 2,000 proyectiles para tanques, 40 toneladas de explosivo RDX y 2,900 proyectiles de alta intensidad, según información que circula desde finales de julio. El pedido, aparentemente realizado tras la renuncia de la ex primera ministra Sheikh Hasina el 5 de agosto de 2024, sugiere un esfuerzo por reforzar las capacidades defensivas del nuevo gobierno interino de Bangladesh.La POF, con sede en Wah Cantt y conocida como el mayor complejo industrial de defensa de Pakistán, es una entidad consolidada desde 1951 que produce armas y municiones que cumplen con estándares internacionales, incluyendo proyectiles de artillería de 105 mm y 155 mm. La entrega, programada en tres envíos entre septiembre y diciembre de 2024, responde a una necesidad urgente del ejército bangladeshi, que opera una mezcla de artillería occidental y china, como cañones de 122 mm y 130 mm. Sin embargo, la narrativa oficial sobre los destinos de estas municiones —con India expresando preocupación debido a la ubicación geográfica de Bangladesh— plantea dudas sobre si este reabastecimiento es defensivo o parte de una estrategia más amplia.A pesar de la información disponible, estas afirmaciones deben tratarse con escepticismo. La falta de comunicados oficiales de ambos gobiernos y la dependencia de reportes iniciales no verificados dejan espacio para especulación. Podría tratarse de una maniobra diplomática para fortalecer lazos entre Islamabad y Daca tras la salida de Hasina, o incluso una respuesta a tensiones regionales, pero sin datos independientes, como auditorías o imágenes satelitales, el alcance y propósito real permanecen inciertos. La situación invita a un monitoreo atento, especialmente considerando las implicaciones para la estabilidad en el sur de Asia.