

Esta amenaza llega tras la imposición de un arancel del 25% sobre bienes indios a partir del 1 de agosto, acompañado de un "penalidad" adicional no especificada, como parte de su estrategia de presión global para reducir déficits comerciales y forzar acuerdos.Sin embargo, esta narrativa debe ser analizada con escepticismo. La participación de India en la guerra de Ucrania es indirecta, limitada a su postura neutral y su dependencia energética de Rusia, que cubre el 35% de sus importaciones de crudo en 2024. Trump ha exagerado esta relación al sugerir que India "no le importa cuántas personas mueren en Ucrania", un reclamo que carece de pruebas concretas y parece más un argumento político que una evaluación objetiva. La India ha defendido su postura como una necesidad económica para proteger a su población, y su comercio con Rusia no incluye envíos directos de armas a Ucrania, lo que pone en duda la calificación de "participación" como un apoyo activo al conflicto.La amenaza de aranceles adicionales podría ser una táctica de negociación para presionar a Nueva Delhi antes de la próxima ronda de conversaciones comerciales, especialmente tras el fracaso de alcanzar un acuerdo antes del plazo del 1 de agosto. Sin embargo, la falta de detalles sobre el aumento propuesto y la ausencia de reacciones oficiales del gobierno indio sugieren que podría tratarse más de un gesto retórico que de una política confirmada. Dado el contexto, esta escalada refleja las tensiones geopolíticas y económicas, pero su impacto real dependerá de las negociaciones futuras y de la evidencia que sustente las acusaciones de Trump.