

Sin embargo, esta información debe tratarse con cautela. Las afirmaciones carecen de confirmación independiente, y las fuentes oficiales presentan narrativas contradictorias: mientras el gobierno sudanés lo presenta como un acto de defensa contra la injerencia extranjera, un funcionario emiratí citado por medios ha negado las acusaciones, calificándolas de falsas. El presidente colombiano Gustavo Petro ha indicado que su gobierno investiga la cantidad de ciudadanos muertos y evalúa repatriar cuerpos, pero no hay datos verificables sobre la identidad o el número exacto de víctimas. Además, la presencia de mercenarios colombianos en Darfur, reportada desde finales de 2024 por expertos de la ONU, podría estar amplificada por agendas políticas, ya sea para justificar el ataque o desacreditar a las RSF. Sin evidencia concreta, como imágenes satelitales o comunicados oficiales de las partes involucradas, la situación permanece incierta, sugiriendo que podría ser más un episodio de propaganda que un hecho plenamente establecido.