Esta declaración, realizada el 9 de agosto durante un evento en Bengaluru, se basa en datos de seguimiento electrónico y destaca el uso del sistema de misiles superficie-aire S-400 de fabricación rusa como clave para estos derribos, incluyendo uno a 300 kilómetros de distancia, descrito como el mayor registro de este tipo. Sin embargo, no se han presentado pruebas concretas, como imágenes de los restos o grabaciones, para respaldar estas afirmaciones.La narrativa oficial india contrasta con la postura de Pakistán, cuyo ministro de Defensa, Khawaja Asif, ha rechazado categóricamente estas afirmaciones, calificándolas de "implausibles" y sugiriendo que carecen de sustento tras tres meses de silencio. Pakistán, por su parte, sostiene que no perdió ningún avión y que derribó seis aviones indios, incluyendo un Rafale, durante los mismos incidentes. La falta de evidencia independiente, como análisis satelitales o verificaciones de terceros, deja la veracidad de las declaraciones de Singh en duda. Este intercambio podría ser más una maniobra de propaganda que un hecho comprobado, especialmente en un contexto de tensiones históricas y rivalidad nuclear, donde ambos lados tienden a inflar sus éxitos militares. Sin pruebas tangibles, la afirmación permanece en el ámbito de la especulación.