miércoles 03 de septiembre de 2025 - Edición Nº303

OSINT | 2 sep 2025

Mundo en Guerra

Negociación entre Estados Unidos y Rusia: Rusia Retendría Gran Parte de Ucrania y Venezuela Sería Entregada a EE. UU. con la Derrota de Maduro

El panorama geopolítico global se encuentra en un punto de inflexión tras las recientes negociaciones entre Estados Unidos y Rusia, que podrían redefinir el equilibrio de poder en Europa del Este y América Latina. Según reportes y especulaciones que han surgido en los últimos meses, estas conversaciones, lideradas por los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, apuntan a un acuerdo que otorgaría a Rusia el control de amplias porciones de Ucrania, mientras que Venezuela sería entregada a la influencia estadounidense, marcando la caída de Nicolás Maduro.


Negociación entre Estados Unidos y Rusia: Rusia Retendría Gran Parte de Ucrania y Venezuela Sería Entregada a EE. UU. con la Derrota de Maduro

 Aunque la información oficial es escasa y el desenlace sigue siendo incierto, este supuesto pacto despierta tanto esperanza como escepticismo, especialmente en un contexto de tensiones militares y presiones económicas.

El Acuerdo sobre Ucrania: Concesiones Territoriales

Las negociaciones entre Trump y Putin, que incluyeron una cumbre en Alaska el 15 de agosto de 2025, han generado especulaciones sobre un alto el fuego que cedería a Rusia el control de Crimea y la mayor parte del Donbás, regiones que Moscú ocupa desde 2014 y 2022, respectivamente. Según declaraciones atribuidas al vicepresidente estadounidense JD Vance, Rusia habría mostrado flexibilidad al aceptar que Ucrania mantenga su integridad territorial nominal tras la guerra, descartando la imposición de un gobierno títere en Kyiv, una demanda inicial clave de Putin. Sin embargo, esta aparente concesión parece más un reconocimiento pragmático de la resistencia ucraniana que una victoria diplomática, dado que los combates continúan y Ucrania ha rechazado categóricamente ceder territorios sin su participación directa.El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha advertido que cualquier acuerdo sin su consentimiento sería inaceptable, exigiendo garantías de seguridad respaldadas por Estados Unidos y Europa.

Por su parte, Trump ha sugerido que, de no avanzar las negociaciones, EE. UU. podría retirarse, dejando a Ucrania a su suerte, una postura que ha generado preocupación en Europa. Este enfoque, que prioriza un "trato" rápido sobre una resolución justa, refleja la impaciencia de la administración Trump, pero también plantea dudas sobre si las sanciones y presiones económicas lograrán doblegar a Putin o simplemente consolidarán su control sobre las regiones ocupadas.

Venezuela: La Entrega y la Caída de Maduro

Paralelamente, el supuesto acuerdo incluye un escenario en el que Venezuela sería "entregada" a la esfera de influencia estadounidense, lo que implicaría la derrota de Nicolás Maduro. Este desenlace se vincula al reciente despliegue militar de EE. UU. en el Caribe, con buques de guerra y 4,000 marines posicionados como parte de una operación contra el narcotráfico, específicamente el Cartel de los Soles, al que Washington acusa de ser liderado por Maduro. La duplicación de la recompensa a 50 millones de dólares por su captura y las acusaciones de "narcoterrorismo" han intensificado la presión, mientras Maduro responde con la movilización de 4.5 millones de milicianos, un gesto que muchos consideran más simbólico que operativo.La narrativa oficial de EE. UU. presenta este cerco como una medida para frenar el flujo de drogas, pero analistas sugieren que podría ser una estrategia para forzar una transición política interna o una intervención indirecta. Rumores en redes sociales y declaraciones de figuras como María Corina Machado refuerzan la idea de que la caída de Maduro es inminente, con EE. UU. aprovechando el aislamiento del régimen, agravado por la falta de apoyo significativo de aliados como Rusia y China, quienes parecen enfocados en sus propios desafíos. Henrique Capriles, sin embargo, ha advertido contra una invasión militar, argumentando que las consecuencias humanitarias serían devastadoras, lo que sugiere que cualquier cambio podría venir de negociaciones o fracturas internas.

Análisis Crítico

La premisa de este supuesto acuerdo debe tomarse con cautela. La idea de que Rusia ceda en sus demandas territoriales parece contradictoria con su historial de expansión, y las declaraciones de Putin sobre las "raíces" del conflicto —la alineación de Ucrania con Occidente— indican que Moscú no abandonará fácilmente sus ganancias. Por otro lado, la "entrega" de Venezuela a EE. UU. podría ser más un deseo político que un hecho consumado, dado que el régimen de Maduro sigue contando con el respaldo de las fuerzas armadas y la ausencia de una oposición unificada. El despliegue militar estadounidense podría ser una táctica de presión más que un preludio de invasión, especialmente considerando la oposición regional de países como Colombia y México.La narrativa oficial de ambos lados —EE. UU. como defensor de la democracia y Rusia como víctima de sanciones— oculta intereses más pragmáticos: para Trump, un éxito en Ucrania y Venezuela fortalecería su imagen interna antes de las elecciones de 2026; para Putin, consolidar territorios ucranianos compensaría las pérdidas económicas.

En Venezuela, el acceso a su petróleo podría aliviar las tensiones energéticas globales, mientras que la derrota de Maduro sería un golpe al eje antiestadounidense liderado por Rusia e Irán. Sin embargo, la falta de transparencia en las negociaciones y la resistencia de actores locales sugieren que este escenario podría colapsar bajo su propia ambigüedad.

Conclusión

La supuesta negociación entre Estados Unidos y Rusia plantea un futuro donde Rusia retendría gran parte de Ucrania a cambio de un alto el fuego, mientras Venezuela sería entregada a la influencia estadounidense con la caída de Maduro. Aunque esta hipótesis genera optimismo entre algunos sectores opositores y en el exilio, la realidad es más compleja: la guerra en Ucrania sigue activa, y en Venezuela, la resistencia del régimen y las advertencias contra una intervención militar complican el panorama. Este acuerdo, si se concreta, podría reconfigurar el mapa geopolítico, pero su viabilidad depende de la voluntad de los actores locales y de la capacidad de ambas potencias para imponer sus términos, algo que la historia reciente pone en duda.

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