

Suecia Reafirma su Soberanía Aérea: La Advertencia de Pål Jonson Ante Violaciones Rusas
Como nuevo miembro de la OTAN desde marzo de 2024, Suecia eleva su postura disuasiva, alineándose con la estrategia aliada de "defensa colectiva" en un flanco norte cada vez más expuesto.El Contexto: Intrusiones Rusas y la Nueva Realidad OTANLa declaración de Jonson llega en el marco de una escalada de provocaciones aéreas rusas en el Báltico, similar a las incursiones de drones en Polonia el 9-10 de septiembre. Suecia, que ha registrado más de 20 violaciones en 2025 –un 50% más que en 2024–, activó el 20 de septiembre su sistema de alerta rápida (QRA) para interceptar un Il-20 ruso que penetró 10 km en su espacio aéreo. "Estas acciones no son errores de navegación; son pruebas deliberadas de nuestra resolución", enfatizó Jonson, recordando que desde la adhesión a la OTAN, cualquier intrusión activa el Artículo 5.El ministro, un conservador moderado que asumió en 2022, ha impulsado un aumento del gasto en defensa al 2% del PBI para 2026, priorizando la modernización de los 96 Gripen C/D y la adquisición de 60 GlobalEye AWACS. En su discurso, Jonson vinculó la amenaza a los ejercicios Zapad-2025 ruso-bielorrusos, que concluyen el 16 de septiembre con simulacros nucleares, y al apoyo iraní a Rusia en Ucrania, incluyendo drones Shahed.Implicaciones: Suecia como Escudo del BálticoEsta postura fortalece el flanco norte de la OTAN: Suecia, con su isla estratégica de Gotland, es clave para contrarrestar la Flota del Báltico rusa en Kaliningrado. Jonson anunció refuerzos: despliegue de dos escuadrones de F-35A en 2026 y ejercicios conjuntos con Finlandia y Polonia en octubre. "Defenderemos cada centímetro de cielo sueco", reiteró, eco de las palabras de Mark Rutte en la cumbre OTAN de julio.Reacciones: Rusia minimizó el incidente como "rutinario", pero el Kremlin advirtió que "cualquier escalada OTAN será respondida". En X, #SueciaDefiende acumula apoyo, con usuarios como @NordicDefence celebrando la "fuerza sueca".Jonson no busca confrontación, pero su mensaje es claro: en un Báltico volátil, Suecia pasa de neutralidad a disuasión armada. El "lenguaje del poder" de Moscú encuentra respuesta en Estocolmo.