martes 04 de noviembre de 2025 - Edición Nº365

Nacionales | 3 nov 2025

Argentina

Villarruel y su mutismo ensordecedor

En el Gabinete de Javier Milei, donde el ajuste fiscal y las reformas estructurales dominan la agenda, la vicepresidenta Victoria Villarruel –hija de un veterano de Malvinas y autoproclamada guardiana de la "memoria completa"– parece haber optado por un rol de espectadora silenciosa en los temas que más deberían interpelarla: la agonía del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA), los sueldos raquíticos de los militares activos y jubilados, y el reclamo por la soberanía en Malvinas.


 Peor aún, su mutismo se extiende a las crecientes acusaciones de corrupción que salpican al Gobierno, desde el escándalo de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) hasta el caso $LIBRA, configurando un silencio que no es neutral, sino cómplice. Tras el triunfo electoral de La Libertad Avanza (LLA) en octubre, con un 40,84% que blindó 93 diputados, Villarruel –presidenta del Senado– podría ser el contrapeso ideal para el oficialismo. Sin embargo, su bajo perfil, evidenciado en ausencias de Gabinete y declaraciones esporádicas, la pinta como una figura marginada, incapaz o reacia de defender lo que alguna vez juró proteger: el honor de las Fuerzas Armadas y la integridad de la Nación

.El colapso del IOSFA es el grito más ensordecedor que Villarruel ignora. Con deudas que superan los 250.000 millones de pesos, la obra social militar ha suspendido prestaciones esenciales: tratamientos oncológicos en Mar del Plata, extracciones de sangre en Rosario y odontología en Gualeguaychú, dejando a 650.000 afiliados –muchos veteranos de Malvinas– en la intemperie. Sindicatos como ATE denuncian un "vaciamiento intencional" bajo el Ministerio de Defensa de Luis Petri, con auditorías pendientes y fondos del Tesoro que nunca llegaron. Villarruel, con su trayectoria en el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas –donde reivindicó a las FFAA–, podría liderar una cruzada por la recomposición, pero opta por el silencio. En agosto, rompió el mutismo solo para hablar del "momento difícil y confuso" del país ante el escándalo de coimas en ANDIS, pero ni una palabra sobre el IOSFA.

Su equipo argumenta que "solo habla de sus responsabilidades" –el Senado–, pero ¿no es la vicepresidenta, por mandato constitucional, la custodio de la continuidad institucional? En X, militantes libertarios como @elefantepepe la interpelan directamente: "¿Y con los docentes de escuelas militares y con IOSFA qué hacemos?

El eco resuena en vacío.Aún más alarmante es su indiferencia ante los sueldos bajos de los militares, un reclamo que debería herirla en lo más profundo. En marzo de 2025, la Resolución Conjunta 11/2025 otorgó un mísero 5% de aumento, dejando a soldados voluntarios con haberes por debajo de los 500.000 pesos –apenas 300.000 para suboficiales inferiores en mayo–, mientras tenientes generales rozan los 2,5 mi

Estos montos, ajustados por inflación galopante (4% mensual pese al superávit fiscal), no cubren canastas básicas que superan el millón de pesos. Jubilados, con pensiones congeladas desde 2023, protestan en Bahía Blanca y Córdoba, donde el 70% de la "familia militar" votó LLA por pragmatismo, no por lealtad ciega. Villarruel, que en 2024 cruzó a Milei por el congelamiento de sueldos senatoriales –llamándolo "pobre jamoncito" en una entrevista lapidaria–, ahora calla sobre sus pares uniformados.

Su silencio no es estratégico; es deserción.Y en Malvinas, el tema que debería ser su bandera roja, el mutismo es ensordecedor. Villarruel, cuya familia tiene lazos directos con la Gesta –su padre combatió en el Atlántico Sur–, ha reivindicado la "malvinización nacional" en actos como el de Ushuaia en abril, llamando a una "exposición itinerante" en escuelas y uniendo a la Nación en el reclamo.

Pero ante concesiones como los vuelos directos desde San Pablo a las islas –acordados por Diana Mondino con el Reino Unido en septiembre de 2024–, su reacción fue feroz: "¿Nos toman por tontos? Malvinas es mi límite".

¿Y ahora? Silencio. Mientras Milei busca ser "potencia para que los isleños decidan ser argentinos", Villarruel evade el debate en foros internacionales, priorizando su gira federal –19 provincias visitadas en octubre, incluyendo Formosa con Gildo Insfrán– sobre presionar por soberanía.

Veteranos la ven como aliada, pero su ausencia en actos clave con Milei –como el de Retiro en abril– huele a distanciamiento, no a estrategia.Este silencio se torna cómplice ante las acusaciones de corrupción que carcomen al Gobierno. El escándalo de ANDIS, con audios de Diego Spagnuolo implicando a Karina Milei en coimas por 50 millones de dólares vía la droguería Suizo Argentina, ha derivado en allanamientos y secuestros de 266.000 dólares.

El caso $LIBRA –donde Milei promocionó una cripto que colapsó, dejando pérdidas millonarias– y contratos dudosos en IOSFA por 50.000 millones con proveedores salpicados por coimas, pintan un cuadro de impunidad.

Villarruel, que en febrero optó por el silencio en $LIBRA para "centrarse en el Senado", repite el patrón: en agosto, ante coimas en discapacidad, solo dijo que el país es "confuso", sin repudiar ni exigir investigaciones.

Guillermo Francos la señaló como quien acercó a Spagnuolo a LLA en 2021, pero ella calla, mientras Milei niega "operaciones para dinamitar" el Gobierno.

En X, @NicoMalvinas82 la defiende: "VIVA VICKY VILLARRUEL", pero el hastío crece: "¿Cómo se supone que quieren combatir la corrupción... con sueldos y dietas más bajos que los que gana un gerente de un banco?"

La falta de protagonismo de Villarruel no es casual; es el precio de su marginación en un mileísmo que la ve como "traidora" por frenar sesiones ilegales o dialogar con peronistas.

Alejada de Milei –sin comunicación desde meses, según insiders–, su silencio ante IOSFA, sueldos y Malvinas traiciona su juramento; ante corrupción, lo consagra cómplice. En un Senado donde retiene poder, podría impulsar leyes para recomponer FFAA o auditar ANDIS, pero prefiere el bajo perfil, mirando a 2027. Los militares, veteranos y soberanistas merecen más que ecos: merecen voz. Villarruel, rompa el silencio. De lo contrario, su legado no será de heroísmo, sino de omisión. Malvinas grita; ¿quién responde?

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