El contexto del eventoLa cena, programada para esta martes por la noche en un hotel de lujo de Washington (donde Musk suele hospedarse en una suite privada), es parte de la primera visita oficial de MBS a EE.UU. en siete años. El príncipe saudí, de facto líder del reino petrolero, llega en un momento clave para las relaciones bilaterales: Trump busca fortalecer alianzas en Oriente Medio, incluyendo posibles ventas de aviones F-35 a Arabia Saudita y cooperación en inteligencia artificial (IA) y energía renovable. Entre los invitados confirmados o rumoreados figuran figuras de élite como el golfista Tiger Woods y, sorprendentemente, el futbolista Cristiano Ronaldo, quien se une a la comitiva saudí. Musk, sin embargo, roba titulares por su historial reciente con Trump: en junio de 2025, el CEO de Tesla abandonó su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) tras un rifirrafe público con el presidente, describiendo su paso por el gobierno como "una jodida misión secundaria". Incluso rechazó una invitación a otra cena de Trump en septiembre, lo que avivó especulaciones sobre una ruptura irreparable.¿Por qué Musk asiste ahora?Fuentes cercanas a la Casa Blanca, citadas por The New York Times y Punchbowl News, indican que la invitación a Musk es un "gesto de reconciliación" impulsado por asesores comunes. Tras el conflicto –que incluyó críticas de Musk a las políticas de Trump sobre subsidios a la industria automotriz–, las aguas parecen calmarse. Musk, quien en mayo de 2025 ya se reunió con Trump y MBS en Riad durante un almuerzo de negocios, podría ver en esta cena una oportunidad para:
En redes como X (ex-Twitter), la noticia explota: posts virales como el de
("¡Los chicos están de vuelta!") acumulan decenas de miles de likes, con memes de Musk "colisionando" en la cena como un cohete SpaceX. Otros, como
, destacan el "reencuentro de alto perfil" tras meses de beef.Implicancias más allá de la mesaEste no es solo un banquete: es un tablero de ajedrez global. Arabia Saudita, bajo MBS, invierte en todo, desde fútbol (Ronaldo en Al-Nassr) hasta IA, y Trump ve en él un aliado contra Irán y para normalizar lazos con Israel. Musk, por su parte, sale de su "exilio" en Texas para reinsertarse en Washington, justo cuando DOGE –su legado gubernamental– enfrenta auditorías. Críticos, como en ABC News, cuestionan si esto ignora el legado tóxico de MBS (el informe de inteligencia de 2021 lo vincula directamente a Khashoggi).Si la cena sale bien, podría desbloquear deals multimillonarios: F-35 para Riad, baterías Tesla para el Golfo, o incluso una "fusión espacial" con petrodólares saudíes. Si no, será otro capítulo en la saga Trump-Musk. Como dijo un tuitero: "No es cena, es destino".¿Asistirá Musk de verdad? Sus planes "podrían cambiar", según fuentes. Pero con Trump tuiteando hoy sobre "acuerdos increíbles con MBS", y Musk en silencio (por ahora), el mundo observa.