El Detonante: Las Declaraciones de Takaichi en el ParlamentoTodo comenzó el 7 de noviembre, durante una sesión del Comité de Presupuesto de la Cámara de Consejeros en Tokio. Ante preguntas sobre escenarios de "amenaza a la supervivencia" de Japón –un concepto clave en la legislación de defensa de 2015 que permite la autodefensa colectiva–, Takaichi respondió sin ambigüedades: "Si se involucran buques de guerra y se ejerce fuerza militar [en Taiwán], esto podría constituir una situación que amenaza la supervivencia de Japón, sin importar cómo se mire".
Fue la primera vez que un primer ministro en funciones vincula explícitamente un ataque chino a Taiwán con una posible respuesta militar japonesa, rompiendo con la ambigüedad estratégica tradicional de Tokio.Takaichi, una conservadora de 64 años y protegida del ex primer ministro Shinzo Abe, ha priorizado el fortalecimiento de las defensas japonesas contra un "China cada vez más asertivo". Su gobierno ha impulsado reformas en documentos de seguridad nacional y visitas a islas periféricas en el Mar de China Oriental, como las Senkaku (Diaoyu para China), disputadas por ambos países.
Sin embargo, solo un mes antes, en el cumbre APEC en Gyeongju (Corea del Sur), Takaichi se reunió con el presidente chino Xi Jinping, acordando "relaciones estables y constructivas".
Sus palabras recientes parecen haber evaporado ese progreso diplomático.La Respuesta China: De las Palabras a las AccionesPekín no se quedó callado. El cónsul general chino en Osaka, Xue Jian, publicó en X (ex-Twitter) un mensaje amenazante contra Takaichi –ahora eliminado–, prometiendo "cortar un cuello sucio sin dudar un momento", interpretado como una alusión directa a la líder japonesa.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino convocó al embajador japonés y exigió una "retractación inmediata" de las "declaraciones erróneas", acusando a Japón de revivir el "militarismo de preguerra" y evocar la invasión japonesa de 1931.
La escalada no se limitó a la retórica:
El premier chino Li Qiang canceló un encuentro con Takaichi en la cumbre del G20 en Sudáfrica, y el Global Times, órgano del Partido Comunista, advirtió de una "derrota aplastante" si Japón interviene en Taiwán.
En redes como X, el debate arde: un post del Comité Selecto sobre China en EE.UU. condenó las "amenazas de muerte" de Xue Jian, mientras usuarios chinos lo ven como "reacción contenida" a la "arrogancia japonesa".
La Alerta de Seguridad de Japón: Precaución en Medio del CaosEn respuesta recíproca, Japón emitió el 18 de noviembre una alerta oficial a sus ciudadanos en China: "Aumenten las precauciones de seguridad, eviten lugares concurridos y estén atentos a su entorno".
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Tokio justificó la medida como una "evaluación integral de la situación política y de seguridad", sin especificar amenazas concretas, pero en contexto de la escalada. Esto incluye monitoreo de posibles protestas anti-japonesas o incidentes cibernéticos, recordando disturbios en 2012 por las Senkaku.Japón envió un enviado senior a Pekín para "tranquilizar" a China, insistiendo en que las palabras de Takaichi no alteran la política oficial: apoyar la "paz y estabilidad" en el Estrecho de Taiwán mediante diálogo.
Takaichi se retractó parcialmente, llamando sus comentarios "hipotéticos" y prometiendo cautela futura, pero rechazó disculparse.
Implicancias: ¿Riesgo de Escalada o Oportunidad para Diálogo?Taiwán, a solo 110 km de la isla japonesa de Yonaguni, no es un problema abstracto para Japón: un conflicto bloquearía rutas marítimas vitales (un tercio del comercio global pasa por allí) y arrastraría a EE.UU., aliado de ambos.
Encuestas muestran que el 49% de los japoneses apoya intervenir en un escenario taiwanés, impulsado por el alto 70% de aprobación a Takaichi.
Para China, esto es una afrenta a su "línea roja" sobre Taiwán, que Pekín ve como territorio propio y no descarta reconquistar por la fuerza.
Analistas como Yoshihide Soeya de la Universidad Keio advierten que Takaichi "desperdició ganancias diplomáticas" por complacer a conservadores duros.
El presidente taiwanés Lai Ching-te urgió a China a "actuar como gran potencia" y no ser el "agitador" regional.
Líderes empresariales japoneses, como el de Keidanren, presionan por diálogo: "La estabilidad política es prerrequisito para el intercambio económico", con China como socio clave (comercio bilateral >300.000 millones de dólares).
EE.UU. respalda a Japón contra la "coerción china".
Mientras, la tensión podría durar meses, con patrullas chinas y ejercicios japoneses en aumento.Esta "guerra de palabras" expone las grietas en Asia: historia, territorio y poder.