Kozlov reveló que "el ruso se ha introducido en las escuelas de la RPDC como un idioma obligatorio de estudio a partir del cuarto grado", y que actualmente unos 600 norcoreanos lo estudian a nivel profesional, posicionándolo entre los tres idiomas extranjeros más populares en el país.
Aunque no hay confirmación oficial inmediata de Pyongyang, esta iniciativa –efectiva desde el nuevo año académico– se interpreta como un gesto de lealtad al pacto de defensa mutua firmado en junio de 2024, y un esfuerzo por formar generaciones futuras en la lengua del principal aliado de Kim Jong-un.El anuncio y el contexto educativo: De opcional a esencialLa decisión fue divulgada por Kozlov, copresidente de la comisión ruso-norcoreana, quien destacó que el ruso ya era popular en Corea del Norte, pero ahora se eleva a estatus compulsorio para fomentar la integración cultural y profesional.
Fuentes rusas, como TASS y RIA Novosti, indican que la implementación comenzará en el ciclo escolar 2025-2026, con programas adaptados a partir de los 9-10 años de edad. En paralelo, Rusia está construyendo un centro educativo en la Universidad Pedagógica Kim Chol Ju, donde se impartirán cursos íntegramente en ruso, enfocado en formación docente y especialistas.
Esta no es la primera vez que el ruso gana terreno en Corea del Norte: durante la era soviética, era un idioma clave en la educación, pero decayó tras la disolución de la URSS. Su resurgimiento refleja la "asociación estratégica integral" impulsada desde la invasión rusa a Ucrania en 2022, con intercambios crecientes: en Rusia, más de 3.000 escolares estudian coreano como segunda o tercera lengua extranjera, y 300 universitarios lo eligen como carrera.
En 2024-2025, 96 norcoreanos se matricularon en universidades rusas, principalmente en la Universidad Federal del Extremo Oriente, MGIMO (escuela diplomática) y la Universidad de la Amistad de los Pueblos.
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Indicador |
Detalle en Corea del Norte |
Detalle en Rusia |
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Estudiantes de idioma |
~600 especialistas en ruso |
>3.000 escolares en coreano; 300 universitarios |
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Implementación |
Obligatorio desde 4º grado (2025-2026) |
Cursos en escuelas y universidades |
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Cooperación educativa |
Centro en Universidad Kim Chol Ju |
Programas en banca, energía, medicina y geología |
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Matriculados mutuos |
96 en universidades rusas (2024) |
Intercambios en formación profesional |
Implicaciones geopolíticas: Más allá de las aulas, un frente cultural en la Guerra Fría 2.0Esta medida trasciende la pedagogía: es un pilar en la "alianza sin límites" entre Kim Jong-un y Vladimir Putin, sellada con visitas mutuas en 2023-2024 y el envío de 10.000-12.000 soldados norcoreanos a Ucrania para combatir junto a Rusia y desminar Kursk.
Pyongyang ha suministrado municiones y misiles balísticos a Moscú, a cambio de tecnología nuclear, satélites y petróleo, evadiendo sanciones de la ONU y EE.UU.
Analistas del NK News ven en el ruso obligatorio un "puente generacional" para futuras elites norcoreanas, facilitando la cooperación en sectores clave como energía y defensa.
Críticos occidentales, como en Politico, lo tildan de "propaganda lingüística" para contrarrestar la influencia de Seúl y Washington.
Desafíos y futuro: ¿Una herramienta de soft power o un lastre ideológico?Implementar el ruso en un sistema educativo ya sobrecargado –con énfasis en juche (autonomía) y lealtad a Kim– requerirá recursos limitados, posiblemente con apoyo ruso en materiales y profesores.
Expertos dudan de su impacto inmediato en la población (25 millones), pero ven potencial en formar diplomáticos y técnicos bilingües para proyectos bilaterales, como el gasoducto propuesto o exploración ártica.En un 2026 de tensiones crecientes –con elecciones en EE.UU. y pruebas nucleares norcoreanas–, esta decisión lingüística simboliza cómo Moscú y Pyongyang tejen una red de influencia cultural contra el bloque occidental. Como dijo Kozlov: "La cooperación educativa ha alcanzado un nuevo nivel".
Para los niños norcoreanos, el alfabeto cirílico no es solo lecciones: es el idioma de un aliado que promete romper el aislamiento. Si la alianza perdura, el ruso podría sonar en Pyongyang por generaciones.