En una declaración del 9 de diciembre tras una reunión con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en Roma, Meloni enfatizó: "Italia continuará apoyando a Ucrania en defensa, energía y reconstrucción". Sin embargo, aliados como el viceprimer ministro Matteo Salvini (Lega) han afirmado públicamente que "el gobierno italiano tiene una posición equilibrada: apoyamos a Ucrania, pero no estamos en guerra con Rusia". Esta frase, repetida en entrevistas televisivas, captura la línea oficial: solidaridad con Ucrania sin confrontación total con Putin.

Contexto de sus Declaraciones Recientes

• Apoyo firme pero pragmático: Meloni ha firmado declaraciones conjuntas europeas (15 de diciembre en Berlín) comprometiendo garanías de seguridad para Ucrania, incluyendo posibles fuerzas multinacionales y uso de activos rusos congelados (con reservas italianas). Insiste en una "paz justa y duradera" que requiera "contribución fattiva" de Rusia.
• Rechazo a escaladas: Italia se opone al envío de tropas ("boots on the ground") y ha expresado dudas sobre propuestas franco-británicas. Meloni prioriza diplomacia y reconstrucción sobre confrontación militar directa.
• Tensiones en la coalición: Mientras Fratelli d'Italia (partido de Meloni) y Forza Italia son pro-Ucrania, Lega (Salvini) es más prorrusa, oponiéndose a extensiones automáticas de ayuda militar y sanciones agresivas.

Meloni ha mantenido esta postura desde 2022, visitando Kyiv y defendiendo el apoyo como "interés nacional italiano". En el actual escenario de negociaciones Trump-Zelensky, Italia actúa como "puente" transatlántico, apoyando a Ucrania sin alienar a Moscú para facilitar un acuerdo.En un Europa dividida entre "halcones" y pragmáticos, Meloni representa el equilibrio: solidaridad con Kyiv, pero con límites para evitar una guerra europea más amplia. Sus palabras reflejan realpolitik: ayudar a Ucrania sin declarar "guerra" a Rusia. El futuro dependerá de cómo evolucione el proceso de paz en 2026.