El comentario de Petro surgió como réplica a un post de la periodista Patricia Janiot, quien cuestionó por qué el mandatario colombiano no duda en tildar de "nazi y fascista" a Kast, pero evita referirse a Maduro como un "narcodictador".

En su respuesta, Petro afirmó: "Maduro es dictador por concentrar poderes, no hay ninguna evidencia en Colombia que sea narco. Esa es narrativa de los EEUU".

Esta es la primera vez que Petro usa el término "dictador" para describir a Maduro, marcando un distanciamiento parcial de su aliado ideológico, con quien ha mantenido relaciones diplomáticas fluidas desde su llegada al poder en 2022.

Sobre las acusaciones de narcotráfico, Petro insistió en que no existen pruebas en Colombia que vinculen a Maduro con el crimen organizado, y las desestimó como propaganda estadounidense.

Esto contrasta con la postura de Washington, que ha ofrecido recompensas por información sobre Maduro y lo acusa de liderar el "Cartel de los Soles". Analistas ven en estas palabras un intento de Petro por equilibrar su imagen internacional, especialmente ante la creciente presión de la administración Trump, que ha intensificado sanciones contra Venezuela.

Pero el foco de la controversia también recayó en Kast. Petro lo describió como "hijo y creyente de los Nazis", alegando que pertenece a la "generación alemana que escapó de Alemania no por salvarse de Hitler sino por salvarse de la derrota de Hitler, que es muy pero muy diferente".

Estas afirmaciones aluden al pasado familiar de Kast: su padre, Michael Kast, fue un oficial nazi que huyó a Chile tras la Segunda Guerra Mundial, un hecho documentado y controvertido en la política chilena.

Kast, de ideología ultraconservadora, ganó las elecciones presidenciales en Chile recientemente, lo que ha generado tensiones regionales con líderes de izquierda como Petro.La declaración ha generado reacciones inmediatas. En Venezuela, Maduro respondió arremetiendo contra Kast, comparándolo con Hitler y Pinochet, exacerbando las fricciones diplomáticas en Sudamérica.

En Colombia, opositores de Petro lo acusan de hipocresía por criticar a Kast mientras mantiene lazos con Maduro, cuyo régimen ha sido acusado de represión y fraude electoral.

Medios internacionales como DW y El País destacan que este episodio abre un nuevo frente para las relaciones entre Colombia, Venezuela y Chile, en un contexto de polarización ideológica en la región.

Este episodio ilustra las complejidades de la diplomacia latinoamericana, donde alianzas ideológicas chocan con realidades políticas. Petro, conocido por su defensa de causas progresistas, parece navegar entre el rechazo a intervenciones externas en Venezuela y la crítica abierta a figuras de derecha como Kast. El mundo observa si estas palabras marcan un punto de inflexión en su política exterior.