El anuncio lo hizo el propio Promanzio este 19 de diciembre de 2025, durante su programa La Letra Chica en Neura, donde confirmó que dejará el streaming para "dar una mano" en la cartera de Defensa. "A partir de ahora voy a estar trabajando.
No voy a profundizar en detalles", declaró, aunque enfatizó que su motivación es contribuir a que "la Argentina vuelva a ser grande", frase que evoca el eslogan trumpista adaptado por Javier Milei.Promanzio, licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Austral y con posgrado en Comercio Exterior, se especializa en informes sobre geopolítica y temas de defensa en los espacios libertarios. Su cercanía con el oficialismo ya era evidente: ocupó un lugar privilegiado en la presentación de los aviones F-16 adquiridos a Dinamarca y forma parte de la agrupación militante Las Fuerzas del Cielo.Este nombramiento se enmarca en la reestructuración del Ministerio tras la salida de Luis Petri (quien asumió como diputado) y la llegada de Presti, el primer militar en el cargo desde 1983. Críticos opositores lo ven como parte de una "devolución de favores" a los trolls y streamers que impulsaron la "batalla cultural" mileísta, mientras que desde el oficialismo se presenta como un refuerzo a la comunicación y la narrativa libertaria en un área estratégica.
El caso de Promanzio se suma a una tendencia: influencers y panelistas de plataformas como Carajo —considerado el "6,7,8" de la era Milei— migran progresivamente a cargos públicos. Analistas destacan que esto fortalece la cohesión ideológica en el Gobierno, pero genera polémica por la priorización de lealtad digital sobre experiencia técnica en temas sensibles como la Defensa.Con este ingreso, el equipo de Presti gana un perfil joven y alineado con la base dura libertaria, en un momento de modernización de las Fuerzas Armadas y tensiones geopolíticas regionales. El Ministerio no ha detallado aún el rol específico de Promanzio, pero su llegada marca un paso más en la fusión entre el ecosistema de streaming violeta y el poder estatal.