La operación, ejecutada por la Guardia Costera de EE.UU. con apoyo naval en aguas internacionales del Caribe (este de Barbados), fue descrita como un "abordaje consentido" por funcionarios estadounidenses. El Centuries había cargado el crudo en la Terminal José bajo un nombre falso ("Crag") y formaba parte de la "flota sombra" que evade sanciones, aunque el buque en sí no estaba en la lista de sanciones del Tesoro de EE.UU., lo que marca una escalada: Washington ahora interviene incluso en embarcaciones no sancionadas que transportan petróleo venezolano.Este es el segundo incidente tras la incautación del Skipper (10 de diciembre), y ocurre días después de que Maduro enviara VLCC chinos escoltados por la Armada venezolana para desafiar el bloqueo. Fuentes indican que el Centuries salió escoltado brevemente, pero fue interceptado sin las unidades navales venezolanas.Caracas condenó el acto como "piratería internacional" y "robo descarado", prometiendo acciones en la ONU. A
nalistas ven esto como un mensaje directo a China, principal comprador de crudo venezolano (hasta 700.000 barriles diarios). Las exportaciones han caído drásticamente desde la primera incautación, paralizando puertos y elevando riesgos para aseguradoras y traders.Con el masivo despliegue estadounidense en la región, el pulso por el petróleo venezolano —clave para las finanzas de Maduro— alcanza un nuevo pico de tensión geopolítica, involucrando directamente a Pekín en el conflicto. El mundo observa si habrá más incautaciones o respuestas venezolanas/chinas.