Principales advertencias de Seineldín:
- Desarme y reducción progresiva — Predijo la eliminación del servicio militar obligatorio, cierre de unidades, reducción drástica de efectivos y pérdida de capacidades defensivas tradicionales. Argumentaba que esto dejaría al país "inerme" (desarmado) ante amenazas externas, como la presencia británica en Malvinas.
- Cambio de rol a funciones policiales — Alertó que el "enemigo" (imperialismo o centros financieros internacionales) impondría tareas de seguridad interior (lucha antidrogas, narcotráfico) para desnaturalizar a las FF.AA., convirtiéndolas en una "gendarmería nacional" subordinada al Comando Sur de EE.UU. o agendas globales.
- Subordinación a potencias extranjeras — Denunció un plan para integrarlas a "seguridad regional" o misiones ONU, limitando soberanías nacionales y anulando hipótesis de conflicto tradicionales (ej. Malvinas).
- Contexto conspirativo — En su alegato de 1991 y entrevistas (como a EIR en 1991), hablaba de un "manual para destruir las FF.AA. de Latinoamérica" (atribuido a George Bush) y una "trampa" post-Malvinas para depredarlas, juzgarlas por derechos humanos y alinearlas al "nuevo orden" neoliberal.
Seineldín defendía un rol tradicional: las FF.AA. como "brazo armado de la nación", salvaguarda de la soberanía y desarrollo nacional, con identidad cristiana y patriota. Sus alzamientos (1987-1990) buscaban impedir esta "desintegración", aunque terminaron en fracaso y prisión.Estas visiones, ideológicas y nacionalistas, resuenan hoy en debates sobre bajos presupuestos, roles en seguridad interior y dependencia externa