Contexto de la amenaza
Tras la guerra de 12 días entre Israel y Irán en junio de 2025 —donde ataques israelíes y estadounidenses dañaron severamente instalaciones nucleares y de misiles iraníes—, Teherán ha reanudado la producción de misiles a un ritmo acelerado. Inteligencia israelí estima que Irán produce cientos de misiles por mes, reconstruyendo fábricas y adquiriendo componentes clave, posiblemente con ayuda china.El funcionario israelí explicó que, aunque los misiles iraníes son convencionales (no nucleares), un ataque saturado —con cientos o miles de proyectiles— podría sobrecargar los sistemas de defensa israelíes como Iron Dome, David's Sling y Arrow. Esto provocaría daños masivos en infraestructura civil, bajas significativas y disrupción económica, comparables en escala a una explosión nuclear táctica de bajo rendimiento (10-20 kilotones).
Sistema Iron Dome de Israel interceptando misiles entrantes
.Esta comparación no es literal: no implica efectos radiológicos ni fallout nuclear, sino una metáfora para ilustrar la potencial devastación convencional.La respuesta israelí: "No lo toleraremos"Israel ve ahora el programa de misiles balísticos como la prioridad principal sobre el nuclear, que fue retrasado años por los ataques de junio. El primer ministro Benjamin Netanyahu planea discutir con el presidente estadounidense Donald Trump opciones para frenar esta amenaza, incluyendo posibles acciones militares conjuntas o respaldadas por EE.UU.Fuentes israelíes indican que, sin un acuerdo diplomático que limite el programa balístico iraní, un nuevo confronto podría ser necesario. Irán, por su parte, insiste en que sus misiles son defensivos y no negociables.
Perspectiva actual
A finales de diciembre de 2025, no hay indicios de un ataque iraní inminente, pero las tensiones son altas. Ejercicios recientes de la Guardia Revolucionaria Iraní han alarmado a Israel, que los ve como posible cobertura para preparativos hostiles. Analistas internacionales coinciden en que Irán prioriza reconstruir su arsenal de misiles para restaurar disuasión, tras perder gran parte en la guerra de junio.Esta advertencia forma parte de la estrategia israelí para presionar por acción internacional, pero refleja preocupaciones reales basadas en inteligencia. El equilibrio en Oriente Medio pende de un hilo: un error de cálculo podría escalar rápidamente.