Contexto de la crisis actual
- Producción y exportaciones: PDVSA produce alrededor de 1.1 millones de barriles por día (bpd), principalmente crudo extrapesado de la Faja del Orinoco. Las exportaciones se dirigen mayoritariamente a China (~80%), pero han caído bruscamente desde mediados de diciembre.
- Acciones de EE.UU.: Desde principios de diciembre, la Guardia Costera estadounidense ha incautado o interceptado varios tanqueros cargados con crudo venezolano (como el Skipper y Centuries). Trump ordenó un "bloqueo completo" a buques sancionados, ahuyentando a armadores y dejando más de una docena de tanqueros cargados varados en aguas venezolanas.
- Resultado: Cargas estancadas, descuentos mayores en precios y retrasos en salidas. Solo Chevron (con licencia especial estadounidense) continúa exportando sin interrupciones (~130.000-150.000 bpd), pero representa solo una fracción de la producción total.
La política de prepago: Un obstáculo autoimpuesto
- PDVSA mantiene desde años (endurecida tras incumplimientos y corrupción) la exigencia de pago anticipado total (a menudo en moneda digital o euros) antes de autorizar la carga o zarpe.
- En el contexto actual, esto disuade a compradores: temen pagar por adelantado y que el buque sea incautado o no pueda salir debido a riesgos de sanciones. Varios clientes han presionado para eliminar esta cláusula o cubrir costos de demora (demurrage), pero PDVSA se resiste para asegurar ingresos inmediatos.
- Consecuencia: Menos compradores dispuestos, ventas estancadas y crudo acumulándose.
La crisis de almacenamiento: Semanas críticas por delante
- Los tanques terrestres, especialmente en la terminal Jose (principal hub para crudo de la Orinoco), se están llenando rápidamente. Inventarios superaron los 10 millones de barriles a mediados de diciembre (desde 9 millones en noviembre).
- PDVSA ha recurrido a almacenamiento flotante: cargar crudo en tanqueros y mantenerlos anclados en aguas venezolanas como "tanques temporales". Esta es una estrategia recurrente en crisis pasadas, pero limitada y costosa.
- Estimaciones: Sin ventas rápidas, el almacenamiento terrestre podría saturarse en días o semanas, forzando recortes de producción (cierre de pozos) para evitar overflows. Analistas advierten que podría perderse hasta 500.000 bpd si no se resuelve.
- Impacto económico: Sin exportaciones, no hay ingresos (el petróleo representa ~90% de las divisas de Venezuela). Maduro insiste en que las entregas a Chevron continuarán, pero el régimen enfrenta presión creciente: depreciación del bolívar, inflación y posibles protestas.
PerspectivaEsta situación expone la vulnerabilidad de PDVSA: décadas de subinversión, corrupción y sanciones han reducido capacidad de almacenamiento y flexibilidad comercial. Aunque Maduro proyecta resistencia, fuentes internas indican negociaciones individuales con clientes y rechazo a declarar "fuerza mayor" (que liberaría de obligaciones contractuales).A 28 de diciembre de 2025, el régimen se encamina efectivamente a semanas difíciles: riesgo de shutdowns productivos, pérdida masiva de ingresos y mayor aislamiento. Chevron sigue como "salvavidas" parcial, pero no compensa el grueso de las exportaciones bloqueadas. La presión estadounidense busca forzar cambios políticos, pero agrava la crisis humanitaria y económica en Venezuela.